
La iglesia más antigua de Madrid o tal vez una de ellas. Yo no tengo muy claro que sea la más antigua, entre otras cosas porque las iglesias de nuestra ciudad han llegado hasta nosotros con distintos cambios, modificaciones y reformas a lo largo de los siglos, de tal forma que sería muy complicado saber cual se lleva realmente el título de más antigua de las que están en pié. No obstante esta iglesia se nombra ya en el Fuero de Madrid de 1202 como una de las diez parroquias de la Villa, que es donde podemos comprobar las iglesias que existían en aquella época y sacar conclusiones de las que fueron las primeras en estar documentadas.
En Madrid existen en la actualidad dos torres mudéjares y una de ellas es la de este templo de San Nicolás. Una torre que fue seguramente minarete de una antigua mezquita árabe, aunque tampoco está demostrado.

Lo que sí es demostrable, es la belleza que tiene y declarada monumento nacional en 1931. Por la situación del barrio y de sus calles, es imposible ver en todo su esplendor la silueta entera de la torre, perdiéndose así la vista completa de las arquerías ciegas esculpidas en sus paredes. El único minarete árabe que queda en la ciudad, data del siglo XII y en el XVIII le fue añadido el chapitel herreriano, típicamente madrileño. Hablando de herreriano, he de comentaros que en esta iglesia estuvo enterrado Juan de Herrera, el arquitecto de El Escorial, hasta que se transladaron sus restos a su tierra natal de Santander.


La iglesia se llamaba originalmente San Nicolás de Bari, pero al fundirse con la parroquia de San Salvador, quedó olvidada y abandonada, siendo más tarde cuartel de las tropas francesas y almacén militar. En 1825 volvió al culto por la Orden de los Servitas, que restauraron y acondicionaron el templo una vez derribada la parroquia de San Salvador, de ahí su nombre actual de San Nicolás de los Servitas. Antes de sus restauración por la Orden de los Servitas, fue cuartel de las tropas francesas y almacén militar.
Con una mezcla de estilos diferentes posteriores, contiene impecablemente, el único techo mudéjar de Madrid que cubre la nave central, un altar-retablo de Juan de Herrera, un ábside con una bóveda gótica nervada del siglo XV, la fachada del XVII con una puerta principal con portada barroca labrada en el siglo XVIII por Luis Salvador Carmona, con jambas y dinteles realizados con granito y la imagen de San Nicolás en un relieve.


El otro día mientras estaba haciendo las fotos que ilustran este post, vi como los turistas hacían fotos a las callecitas estrechas que rodean el edificio, sin darse cuenta ni siquiera que encima de sus cabezas se encontraba la maravillosa torre mudéjar del siglo XII. Estaban al pié del templo y ni siquiera le hicieron una foto, les llamaba mucho más la atención los balconcitos de las calles estrechas que un edificio que data de los árabes y que es supuestamente la iglesia más antigua de Madrid.


