miércoles, 8 de septiembre de 2010

Edificio Carrión (Capitol)



El edificio Carrión, conocido popularmente como el edificio Capitol, es tal vez, el edificio más famoso de toda la Gran Vía madrileña. Su cartel de Schweppes iluminando las noches de Madrid, han creado todo un símbolo reconocible en cualquier parte del mundo. Fueron los arquitectos Luis Martínez Feduchi Ruiz y Vicente Eced y Eced los que proyectaron el edificio entre 1931 y 1933. El famoso monstruo de granito y hormigón, se encuentra en una de las zonas más características de la urbe, entre las calles de Jacometrezo y la Gran Vía, en la Plaza de Callao.
El edificio tiene catorce plantas y es de estilo art-déco, al más puro estilo neoyorkino. Un edificio que en los años 30 cuando se construyó, fue todo un logro modernista de la ciudad, una construcción que todavía hoy sigue siendo moderna y actual, a pesar de tener casi 80 años de vida.
Parece mentira que de aquella época podamos tener un edificio con esos avances tecnológicos. Se utilizaron vigas de hormigón, telas ingnífugas y un sistema de refrigeración sin precedentes y pionero en Madrid, siendo centralizado y ocupando toda una planta.




Obtuvo el premio del Ayuntamiento de 1933 y la medalla de segunda clase en la Exposición Nacional de Bellas Artes del 34. El edificio cuenta con un hotel en su interior, una tienda de ropa famosa, apartamentos y oficinas.

En sus locales comerciales antiguamente se ubicaba una famosa cafetería en donde mi hermana celebró el banquete de su primera comunión, a la cual, asistió en un cadillac blanco desde la iglesia, mientras que yo a mi primera comunión fui andando hasta la parroquia, y es que en mi casa también siempre hubo clases... jajaja. La verdad es que estaba preciosa. Su vestido blanco, su corona, y esa carita de ángel, en el flamante coche blanco de 6 metros, llegando al edificio Carrión, donde se encontraba la Cafetería Manila que ocupaba las plantas baja y primera, donde le esperaban cientos de invitados y de donde se podían tener unas vistas magníficas de la Gran Vía. Pero no pondré una foto por eso de los derechos de imagen, no vaya a ser que mi propia hermana me demande o me exija un canon que está tan de moda.

El Capitol aloja el que fue hasta hace unos años, el cine más grande de la capital, el Cine Capitol, una sala para 2.000 espectadores, ahora convertido en varias salas, como ha pasado con casi todos los grandes cines en nuestra ciudad. Con el tiempo estamos perdiendo las grandes salas de proyecciones, cines como el Avenida, el Palacio de la Música, el Palacio de la Prensa, el Lope de Vega, el Rex, el Coliseum, el Gran Vía, el Rialto o el Azul, nos han ido abandonando del entorno de la Gran Vía, unos han desaparecido para siempre y otros ha ido transformándose en varias salas, y en el mejor de los casos, en salas para musicales y espectáculos.




Solar donde se construiría el edificio



Fotos desde los años 30, hasta nuestros días.


















El primer propietario fue Enrique Carrión, marqués de Nelín y desde el año 2007, en una rehabilitación del edificio dirigida por el arquitecto Rafaél de la Hoz, se eliminaron todos los anuncios publicitarios que colgaban de su fachada. Anuncios que tantos y tantos años perduraron a nuestros ojos, desaparecieron para siempre, volviendo a dejar la fachada curvada de Callao, en todo el esplendor de cuando se construyó. Solamente quedó un anuncio en la parte superior de su frontal, aquél que ha sido protagonista en numerosas películas, como en el caso de "El día de la bestia" de Álex de la Iglesia. Aunque es también un poco forzado decirlo, ya que también existen muchas películas donde el edificio salía con toda la parafernalia de carteles que tenía antes, pero de una forma o de otra, ese cartel es el que han querido que siguiera allí, junto a uno nuevo en la azotea de una empresa de telefonía móvil, Vodafone. La verdad es que la estampa del anuncio luminoso de Schweppes, es todo un símbolo de la Gran Vía y de la ciudad de Madrid, una especie de "Tio Pepe" en la Puerta del Sol y del toro de Osborne en las carreteras españolas.


Todo un símbolo ya de Madrid, el letrero de Schweppes, único superviviente de la fachada del edificio





























Fuente de la fotos antiguas: URBANITY

martes, 7 de septiembre de 2010

Iglesia del convento de las Trinitarias Descalzas de San Ildefonso



El convento de San Ildefonso de las Trinitarias descalzas, conocido también como el convento donde está enterrado Cervantes, se encuentra entre las calles de Huertas y Lope de Vega (antigua calle de Cantarranas). Fue fundado por doña Francisca Gaitán Romero en 1612, que hizo traer unas religiosas trinitarias desde el convento de Santa Úrsula en Toledo. Se instalaron en unas casas de su propiedad en la calle de Cantarranas y tal mal acabaron llevándose que la fundadora pronto se desvinculó del convento para siempre, cayendo la protección bajo la marquesa de la Laguna, doña María de Villena y Melo.
En 1639 se decide reformar y construir de nuevo la iglesia y el claustro, motivo por el que a partir de este momento, no sabremos el sitio exacto donde se encuentra enterrado Cervantes, por haberse perdido la capilla y la lápida o cualquier resto que nos pudiera indicar su paradero.

Fachada de la iglesia en la calle Lope de Vega



El actual edificio que conocemos data de 1673 y es obra del arquitecto Marcos López, proyecto que siguió en 1693 José de Arroyo durante los últimos cinco años de su construcción hasta 1698. La iglesia es pequeña y muy modesta, con planta de cruz latina con tres retablos barrocos en la cabecera y cúpula sobre pechinas,
La fachada está claramente influenciada por la del Monasterio de la Encarnación, pero en este caso en vez de ser toda de granito, es de ladrillo y bastante más austera, con un pórtico de tres puertas en arco de medio punto. Por encima, un relieve que representa la imposición de la casulla a San Ildefonso, rodeado con tres escudos en piedra de los marqueses de la Laguna, dos ventanas ovaladas y una tercera adintelada y todo ello rematado por un frontón. El edificio se declaró Monumento Nacional en 1921.






Relieve en la fachada que representa la imposición de la casulla a San Ildefonso




Sor Marcela de San Félix, hija de Lope de Vega, profesó en este convento al igual que Isabel, una hija de Cervantes. El día que murió Lope de Vega, el cortejo fúnebre se desvió en su camino a la iglesia de San Sebastian donde fue enterrado, para pasar por la puerta de las Trinitarias, desde donde su hija, detrás de las rejas de una de las puertas, dio su último adiós a su padre. Es curioso que la calle donde vivió Lope de Vega, se llame calle Cervantes, y la calle donde está enterrado Cervantes, se llame Lope de Vega, es como que esa eterna rivalidad que hubo entre los dos escritores, siguiera aún después de muertos.
Como acabamos de comentar, en este convento está enterrado Miguel de Cervantes, pero sin saber el sitio exacto de sus restos. Fue enterrado humildemente y como tantas y tantas tumbas en las iglesias de Madrid, la de nuestro escritor desapareció para siempre también. Sabemos que fue enterrado en el convento, pero la verdad es que no tenemos ni idea si fue en la iglesia, en el claustro o en el interior del convento, de todas formas al reformarse y construirse la iglesia de nuevo, la antigua capilla que contenía el convento, fue derruida, y a saber ahora donde se encontrarán sus huesos... pero por tratarse de quien se trata, creo que ya se debería haber investigado para encontrar al escritor, el ayuntamiento junto a las Trinitarias o de quien dependa, ya tenían que haber intentado encontrar el lugar exacto. Don Miguel de Cervantes, merecería tener un sepulcro en condiciones, aunque el destino ha querido que se encuentre en algún lugar desconocido para el resto de los mortales. No obstante, una placa en la fachada del convento, recuerda que allí fue enterrado.

Placa conmemorativa del entierro de Cervantes en la fachada del convento




De este convento han salido muchas obras de arte que se encuentran actualmente en la Casa-Museo de Lope de Vega.






Interior de la iglesia













Retablo en el altar mayor




cúpula de media naranja sobre pechinas con linterna






Oleo a Santa Cecilia (anónimo)




Visión de San Agustín, obra atribuida a Juan de Espinosa de los Monteros




A ambos lados del Cristo, dos esculturas. La Magdalena (Anónima) y San Pedro de Alcántara, obra atribuida a Pedro de Mena




Vista de una parte del convento, desde la calle Lope de Vega




Finca adjunta al convento. Un edificio que mantiene el sabor de la época.

sábado, 4 de septiembre de 2010

Monumento del Ángel Caído



A 666 metros a nivel del mar, se encuentra en el Retiro, la fuente, estatua o monumento del Ángel Caído. Dicen que es la única estatua en el mundo dedicada a Lucifer, pero eso no es cierto, ya que existen muchas otras en otros lugares del planeta, basta con navegar un rato por internet para comprobarlo. Lo cierto es que la glorieta del Ángel Caído, ha sido medida por la Red Oficial de Gerencia y Urbanismo de Madrid, dejando constancia de la exactitud de los 666 metros. Pero yo no podía escribir este artículo sin comprobarlo, así que el que quiera hacerlo también, es tan fácil como llevar un GPS a dicha glorieta del Retiro y comprobará in-situ el número de la bestia. Curioso es saber que en la época que fue construido, no existían mecanismos técnicos que midieran esa altitud tan exacta, con lo que tenemos que dejar al azar y la casualidad, la coincidencia del número del diablo. Pero también es justo mencionar que toda esa zona de Madrid, se haya en torno a los 667 metros, con lo que dejamos la casualidad un poco más en "causalidad".



Lo cierto, es que la estatua es bella como pocas y no deja indiferente a nadie. Sobre un tronco de madera, se apoya contorsionada la bella figura de Lucifer con uno de sus pies sobre unas rocas, el ángel más bello y hermoso que por desafiar y desobedecer a dios, cayó del paraíso a la tierra y con un gesto de espanto, desesperación y consternación, mira hacia el cielo convertido en Satanás, despechado, con odio y gran soberbia por haber sido vencido y arrojado del Paraíso a los abismos del mal.
Con un cuerpo perfecto y sus alas extendidas, lleva el brazo izquierdo hasta la cabeza, mientras que las serpientes rodean su brazo derecho y sus piernas.









Para muchos es la estatua más bella de toda la ciudad. Estatua en la que en los años 30 y 40, se reunían a su alrededor sectas satánicas, akelarres y otros actos esotéricos, y hasta hubo un tiempo en que llegó a peligrar su existencia por ese motivo, llegándose a plantear su retirada del Retiro. La policía tuvo que actuar y vigilar el lugar para evitar esas reuniones nocturnas y nuestro Ángel llegó hasta nuestros días, en el mismo sitio en el que se inauguró. A pesar del mal rollo que creó la estatua entre la sociedad de la época y algunos representantes de la iglesia, nadie pudo impedir que se pusiera, ni siquiera la iglesia, que al final no puso ningún impedimento, y es que en su momento ya se pronunció diciendo que la estatua no representaba al diablo en sí, y que el Ángel Caído era un pasaje de la biblia.








Pero sepamos más sobre el monumento...
Fue el duque Fernán Nuñez el creador del proyecto del Ángel Caído que incluso donó 11.000 duros para su realización. El escultor madrileño Ricardo Bellver construye la obra en yeso, inspirado en la obra de Milton "el Paraíso perdido", con motivo de la Exposición Nacional de Bellas Artes en 1877, ganando el primer premio de dicha exposición. El Estado adquirió la obra y decidió presentarla al año siguiente a la Exposición Universal de París. En dicha Exposición solo se admitían obras en mármol y bronce, con lo que la estatua se fundió en bronce para enviarla a París y más tarde se destruyó el molde de yeso. Una vez acabada la exposición fue expuesta en el Museo Nacional. En 1879, el director del Museo, Benito Soriano Murillo, quiso exponer la estatua públicamente, diciendo que debería estar expuesta al aire libre para contemplación de todo el mundo dada su originalidad y material del que estaba hecha, no debía estar en una sala cerrada, sino en un sitio público al aire libre, donde el espacio y el horizonte remalcase su belleza artística visual. La petición tuvo sus frutos y la estatua fue donada al Ayuntamiento para ser expuesta al aire libre tal y como quiso el director. El lugar elegido sería el solar de los Jardines del Buen Retiro que ocupara la ermita de San Antonio Abad y que una vez derribada, se construiría por orden de Carlos III, la antigua Fábrica de Porcelanas de la China, destruida en la invasión francesa.






El arquitecto Francisco Jareño sería el encargado de diseñar el pedestal donde se alojaría la escultura de Bellver. La base consistió en un pedestal octogonal, con caras de diablos en cada lado, que sujetan peces, lagartos y serpientes, con tres surtidores cada cara y alojado en una fuente con pilón, todo construido en granito, piedra y bronce. Todo el conjunto está rodeado por parterre.





Hoy en día, en la glorieta del Ángel Caído, confluyen los paseos del Duque de Fernán Nuñez, el de Cuba y el de Uruguay.

Lucifer, nombre que significa "el que da luz", "el más brillante del cielo", "hijo del lucero del alba y de la Aurora". Pero en su caída se convirtió en Satanás o Diablo, que significa "el Opositor", "el calumniador, "el acusador", "el adversario", "el enemigo"... y paradojas del destino que se quedó a vivir en Madrid, en el Retiro. Al fin y al cabo, como ya sabéis que "De Madrid al cielo... y un agujero para verlo", pues que mejor lugar para estar vigilado desde arriba, que nuestra ciudad. Si alguien quiere, no hace falta que vaya hasta el infierno, puede venir al Retiro a visitar el Ángel que por desobediencia y envidia, se convirtió en estatua de bronce para quedarse a vivir aquí, por ser el mejor sitio que se vigila desde el cielo.

viernes, 3 de septiembre de 2010

Iglesia del monasterio de la Encarnación



El Real Monasterio de la Encarnación, es de religiosas agustinas recoletas. Fundado por la Reina doña Margarita de Austria, esposa de Felipe III y al que se atribuyó durante mucho tiempo su construcción a Juan Gómez de Mora, se ha demostrado recientemente que fue su alumno fray Alberto de la Madre de Dios, el que a principios del siglo XVII, entre 1611 y 1616, construyó el edificio. En el siglo XVIII, la iglesia fue reformada por Ventura Rodríguez. Se construyó para conmemorar la expulsión de los moriscos que quedaban en Madrid por parte de Felipe III.
Felipe III compró los terrenos al marqués de las Pozas para edificar el convento, el motivo... por estar cerca del Alcázar y así poder construir un pasadizo por donde los reyes entraran a la iglesia directamente sin salir de palacio. El pasadizo se llamaba "La Mina" y es interesante saber que unía los jardines del Campo del Moro, pasando por debajo del Palacio, hasta el convento de la Encarnación. Además, se formaba por distintas galerías y Salas que estaban decoradas con suntuosos cuadros, tapices y obras de arte.
El convento se conocía popularmente como "las margaritas", en honor a su fundadora, que murió sin ver acabado el convento.

Tras un incendio en 1734, la fachada toda de granito quedó intacta, siendo además, modelo de cientos de iglesias que se construyeron después en España y en el mundo entero. Tiene un patio o atrio cerrado con verja y en la fachada, encima de tres arcos de medio punto, un relieve que representa La Asunción, obra del catalán Antonio de Riera y dos escudos reales de la reina Margarita. En la parte superior un frontón con ventana redonda, coronado por cruz y dos bolas de granito.

Fachada con tres arcos de medio punto, relieve, dos escudos, tres ventanas enrejadas, frontón con ventana redonda, dos bolas y cruz

Relieve de Antonio de Riera y escudos reales de la reina Margarita










Interior del templo









El interior fue decorado por nuevos artistas neoclásicos bajo la dirección de Ventura Rodríguez.
En el retablo, obra de Ventura Rodríguez, enmarcado por columnas corintias de ricos mármoles y bronces, el lienzo de La Anunciación de Vicente Carducho. A cada lado, las estatuas de San Agustín y Santa Mónica, obras de Gregorio Fernández. Delante del retablo, el maravilloso tabernáculo, también de Ventura Rodríguez.


Retablo de Ventura Rodríguez, con el lienzo de La Anunciación de Vicente Carducho y las esculturas de San Agustín y su madre Santa Mónica, obras de Gregorio Fernández



La Anunciación, lienzo en el retablo mayor, obra de Vicente Carducho



Lienzo de San Agustín en la nave



Órgano y tribuna real








Las bóvedas y cúpula están pintadas por frescos de los hermanos Velázquez y el fresco de la bóveda que cubre el retablo mayor por Francisco Bayeu.

Bóveda de la nave con frescos de los hermanos Velázquez



Interior de la cúpula





Desde 1965 el convento está abierto al público y depende del Patrimonio Nacional, se puede visitar la antigua clausura, en donde hay una colección de obras de arte magnífica, entre las que destaca la reliquia de la sangre de San Pantaleón, que cada 27 de Julio se licua, volviéndose a solidificar al día siguiente. A veces no lo hizo y permaneció líquida en algunos momentos de la historia, como pasó en las dos guerras mundiales.
Recuerdo que la primera vez que entré a la Encarnación, la persona que iba conmigo me dijo... "con lo que hay aquí y en el convento de las Descalzas, Madrid podría sobrevivir durante más de mil años".