A 666 metros a nivel del mar, se encuentra en el Retiro, la fuente, estatua o monumento del Ángel Caído. Dicen que es la única estatua en el mundo dedicada a Lucifer, pero eso no es cierto, ya que existen muchas otras en otros lugares del planeta, basta con navegar un rato por internet para comprobarlo. Lo cierto es que la glorieta del Ángel Caído, ha sido medida por la Red Oficial de Gerencia y Urbanismo de Madrid, dejando constancia de la exactitud de los 666 metros. Pero yo no podía escribir este artículo sin comprobarlo, así que el que quiera hacerlo también, es tan fácil como llevar un GPS a dicha glorieta del Retiro y comprobará in-situ el número de la bestia. Curioso es saber que en la época que fue construido, no existían mecanismos técnicos que midieran esa altitud tan exacta, con lo que tenemos que dejar al azar y la casualidad, la coincidencia del número del diablo. Pero también es justo mencionar que toda esa zona de Madrid, se haya en torno a los 667 metros, con lo que dejamos la casualidad un poco más en "causalidad".
Lo cierto, es que la estatua es bella como pocas y no deja indiferente a nadie. Sobre un tronco de madera, se apoya contorsionada la bella figura de Lucifer con uno de sus pies sobre unas rocas, el ángel más bello y hermoso que por desafiar y desobedecer a dios, cayó del paraíso a la tierra y con un gesto de espanto, desesperación y consternación, mira hacia el cielo convertido en Satanás, despechado, con odio y gran soberbia por haber sido vencido y arrojado del Paraíso a los abismos del mal.
Con un cuerpo perfecto y sus alas extendidas, lleva el brazo izquierdo hasta la cabeza, mientras que las serpientes rodean su brazo derecho y sus piernas.
Para muchos es la estatua más bella de toda la ciudad. Estatua en la que en los años 30 y 40, se reunían a su alrededor sectas satánicas, akelarres y otros actos esotéricos, y hasta hubo un tiempo en que llegó a peligrar su existencia por ese motivo, llegándose a plantear su retirada del Retiro. La policía tuvo que actuar y vigilar el lugar para evitar esas reuniones nocturnas y nuestro Ángel llegó hasta nuestros días, en el mismo sitio en el que se inauguró. A pesar del mal rollo que creó la estatua entre la sociedad de la época y algunos representantes de la iglesia, nadie pudo impedir que se pusiera, ni siquiera la iglesia, que al final no puso ningún impedimento, y es que en su momento ya se pronunció diciendo que la estatua no representaba al diablo en sí, y que el Ángel Caído era un pasaje de la biblia.
Pero sepamos más sobre el monumento...
Fue el duque Fernán Nuñez el creador del proyecto del Ángel Caído que incluso donó 11.000 duros para su realización. El escultor madrileño Ricardo Bellver construye la obra en yeso, inspirado en la obra de Milton "el Paraíso perdido", con motivo de la Exposición Nacional de Bellas Artes en 1877, ganando el primer premio de dicha exposición. El Estado adquirió la obra y decidió presentarla al año siguiente a la Exposición Universal de París. En dicha Exposición solo se admitían obras en mármol y bronce, con lo que la estatua se fundió en bronce para enviarla a París y más tarde se destruyó el molde de yeso. Una vez acabada la exposición fue expuesta en el Museo Nacional. En 1879, el director del Museo, Benito Soriano Murillo, quiso exponer la estatua públicamente, diciendo que debería estar expuesta al aire libre para contemplación de todo el mundo dada su originalidad y material del que estaba hecha, no debía estar en una sala cerrada, sino en un sitio público al aire libre, donde el espacio y el horizonte remalcase su belleza artística visual. La petición tuvo sus frutos y la estatua fue donada al Ayuntamiento para ser expuesta al aire libre tal y como quiso el director. El lugar elegido sería el solar de los Jardines del Buen Retiro que ocupara la ermita de San Antonio Abad y que una vez derribada, se construiría por orden de Carlos III, la antigua Fábrica de Porcelanas de la China, destruida en la invasión francesa.
El arquitecto Francisco Jareño sería el encargado de diseñar el pedestal donde se alojaría la escultura de Bellver. La base consistió en un pedestal octogonal, con caras de diablos en cada lado, que sujetan peces, lagartos y serpientes, con tres surtidores cada cara y alojado en una fuente con pilón, todo construido en granito, piedra y bronce. Todo el conjunto está rodeado por parterre.
Hoy en día, en la glorieta del Ángel Caído, confluyen los paseos del Duque de Fernán Nuñez, el de Cuba y el de Uruguay.
Lucifer, nombre que significa "el que da luz", "el más brillante del cielo", "hijo del lucero del alba y de la Aurora". Pero en su caída se convirtió en
Satanás o
Diablo, que significa "el Opositor", "el calumniador, "el acusador", "el adversario", "el enemigo"... y paradojas del destino que se quedó a vivir en Madrid, en el Retiro. Al fin y al cabo, como ya sabéis que "De Madrid al cielo... y un agujero para verlo", pues que mejor lugar para estar vigilado desde arriba, que nuestra ciudad. Si alguien quiere, no hace falta que vaya hasta el infierno, puede venir al Retiro a visitar el Ángel que por desobediencia y envidia, se convirtió en estatua de bronce para quedarse a vivir aquí, por ser el mejor sitio que se vigila desde el cielo.