miércoles, 11 de agosto de 2010

Calle del Toro



Muchas son las leyendas e historias que se cuentan de este estrecho callejón que va desde la plaza de la Morería, hasta la Costanilla de San Andrés. Un pequeño pasadizo en el que se cuenta que existía en tiempos, unas astas de toro colgadas de uno de los balcones de una casa. De aquí salen muchas leyendas: Cuentan que un rey moro organizó unos festejos de toros para conquistar el corazón de Zaida, una joven que vivía en el callejón. Pero el toro resultó más bravo de lo esperado y moro que atacaba con su lanza, moro que acababa en el suelo, hasta que llegó un cristiano caballero, joven y guapo (como siempre) y fue el que pudo matar al toro y resultó al quitarse la coraza del rostro que era el mismo Cid Campeador. Una vez acabados los festejos, el caballero se fue, y desde entonces, cada vez que Zaida suspiraba por su amor, las astas del toro que ella misma había ordenado disecar y que tenía colgadas en su balcón... mugían por su amor. Pronto se comprobó que lo que mugía era un niño que tocaba un cuerno y que también vivía en el mismo edificio. Muy bonitas las leyendas pero la verdad es que probablemente se llame del Toro, porque en la plaza del Alamillo se lidiaban toros en aquella época y al ser un callejón tan estrecho, seguramente algún toro se escapase por él y de ahí el nombre. Sea de donde sea, la verdad es que un encantador rincón de Madrid.



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vista desde la Morería

jueves, 5 de agosto de 2010

El árbol más viejo de Madrid



No tiene nada que ver con la familia de los cipreses, pero se le llama el "Ciprés Calvo". Este árbol es el más antiguo que se encuentra en Madrid y está en el Parque del Retiro. Va camino de los cuatrocientos años y cuentan que sirvió para que los franceses en su invasión a Madrid, se guardaran en sus ramajes, escondiendo allí los cañones con los que atacaban la ciudad. Sin duda alguna, es el árbol más valioso de la capital y fue traído según algunos, por Colón en su viaje a las Indias, otros que fue Cabeza de Vaca en uno de sus viajes a tierras exóticas y otros que incluso mantienen la leyenda de que era hijo del árbol donde lloró Hernán Cortés al perder no sé que batalla, pero la verdad es que no tenemos conocimiento exacto de su procedencia.
En aquella época en que estuvieron los franceses, el Retiro sufrió grandes daños por las tropas. Se talaron cientos de árboles, se abrieron zanjas en el suelo, se derrumbaron monumentos (no hay que olvidar que el árbol está en lo único que queda de los jardines de estilo francés del Palacio del Buen Retiro) y nuestro árbol tuvo la suerte de ser elegido por sus ramas ascendentes y frondosas, hecho también de que se le llame el árbol de los candelabros. Realmente es un Taxodium, otros le llaman ahuehuete (nombre original con el que le conocen los aztecas), aunque se le conoce por "Ciprés Calvo" por que en los países en donde habitan, no pierde la hoja, mientras que el del Retiro se ha acondicionado al clima de Madrid y cada otoño deja caer sus hojas que en esta época se vuelven rojas.
Cuando yo era muy joven, recuerdo que la persona que me lo enseñó por primera vez, me dijo: "ahí tienes el árbol más viejo de Madrid... un árbol prehistórico en el que algunos hechiceros se reunen por la noche para hacer sus conjuros". Yo recuerdo que me quedé con la palabra prehistórico y cada vez que lo veo desde entonces, no puedo evitar imaginarme a los dinosaurios comiendo las hojas de sus ramas. Y no sé que tendrá de cierto, pero el caso es que a principios de los años 90, después de encontrarse extrañas piedrecillas alineadas con formas extrañas y otras cosas raras, se decidió poner una reja alrededor de la base del tronco para protegerle de la cercanía de la gente y evitar los esporádicos rituales nocturnos.









Esta mañana me dí un paseo por el Parque y no pude evitar hacer unas fotos de este sobreviviente de hace casi cuatro siglos para que las veáis. Hay que decir que el árbol está en perfectas condiciones y esperemos que esté en la ciudad otros 1000 años más.




miércoles, 4 de agosto de 2010

Beatriz Galindo "La Latina"


Hace 475 años que moría Beatriz Galindo en Madrid. Apodada "La Latina" por ser la maestra de latín de Isabel la Católica y de sus hijos.
Beatriz Galindo fue una escritora y humanista, nació en Salamanca y fue una de las mujeres más cultas de su época, habiendo estudiado también teología y medicina. Estudió en la Universidad de Salamanca y enseguida mostró grandes dotes para el latín, no solo traduciendo y leyendo textos clásicos, sino que a los quince años era capaz de hablar perfectamente el latín. Su fama se fue corriendo por todo Salamanca y después por todo el reino, con le que pronto fue llamada a la Corte por la reina Isabel. Llegó a ser algo más que una simple profesora o preceptora, ya que la reina tenía muy en cuenta sus consejos. Madrid fue desde entonces el lugar de su residencia, fundando un convento y hospital en la calle Toledo con su marido, don Francisco Ramírez de Madrid "El Artillero", que murió en una acción de guerra dejando a Beatriz viuda a los veintiséis años de edad. Beatriz siguió al servicio de la reina hasta la muerte de ésta, en 1504.
Comenzó entonces la fundación del convento de la Concepción Jerónima, donde se retiró hasta el fin de sus días. En ese convento murió el 23 de noviembre de 1534 y allí fue enterrada, aunque no en el rico sepulcro plateresco que, gemelo al construido por su esposo se había preparado, sino en el coro del convento. Los bellos sepulcros con sus cuerpos yacentes en piedra, los vi en un par de ocasiones cuando estaban en el hall de la Hemeroteca Municipal en la Casa de Lujanes y eran una preciosidad. El último traslado de sus cenizas fue al convento de El Goloso, mientras que esos dos bellos sepulcros que nunca contuvieron ningún cuerpo, creo que se encuentran en el Museo Municipal, cosas que os aseguraré cuando vaya próximamente, ya que quiero hacer unas fotos a la maqueta de Gil de Palacios para un artículo en el blog. La portada gótica del hospital de La Latina se llevó a la Escuela de Arquitectura.
Madrid cuenta en la actualidad con bastantes cosas que recuerdan a la humanista. Un barrio entero donde se encuentra la zona de los Austrias más encantadora de la ciudad, una boca de metro, un teatro y todo un recuerdo para una de las mejores profesoras de latín que tuvo esta ciudad.

Fotografías de Salvador Amaya





Monumento a Beatriz Galindo en Navalcarnero. Esta preciosa escultura fue realizada por el artista madrileño Salvador Amaya en el 2006

martes, 3 de agosto de 2010

El Oso y el Madroño



La estatua es obra del escultor Antonio Navarro Santafé (1906-1983) y se inauguró en 1967. Fue promovida por la sección de Cultura del Ayuntamiento de Madrid, que quiso representar monumentalmente los principales símbolos heráldicos de la ciudad.

La primera aparición de un oso rampante y de un madroño frutado en el escudo de la villa se sitúa en el siglo XIII. Con anterioridad, las armas incorporaban únicamente a un oso en actitud pasante, sustituido a partir del citado siglo por las dos actuales figuras.
Con este cambio se quiso simbolizar la resolución adoptada por el municipio y el Cabildo de Curas y Beneficiarios, tras un largo litigio por el control de los pastos y árboles de las tierras madrileñas. Según este acuerdo, los primeros pasaron a ser propiedad del Cabildo y los segundos del concejo. De ahí que se modificasen las armas, con la inclusión de un madroño y de una nueva postura para el oso, erguiéndose sobre el árbol.
La escultura siempre ha estado en la Puerta del Sol, aunque con dos ubicaciones diferentes dentro de la plaza. Hasta 1986 estuvo situada en el lado occidental de la misma, en las inmediaciones del edificio que se levanta entre la calle de Alcalá y la Carrera de san Jerónimo. En ese año fue trasladada al inicio de la calle del Carmen, en el contexto de las obras de reforma y remodelación de la plaza impulsadas por el alcalde Enrique Tierno Galván. En septiembre de 2009, con la renovación integral de la plaza promovida por Alberto Ruiz-Gallardón, ha vuelto a su emplazamiento original. Ahora será un lío cuando la gente quede en él, ya que el oso y el madroño ha servido como sitio donde citarse a generaciones enteras.

La estatua del oso y del madroño está realizada en piedra y bronce. Pesa aproximadamente 20 toneladas y mide 4 m de altura. Descansa sobre un pedestal cúbico escalonado, hecho en granito.

Representa de forma realista las armas heráldicas de Madrid, con el madroño superando en altura al oso y éste apoyando sus manos sobre el tronco y dirigiendo sus fauces hacia uno de los frutos.

Textos: wikipedia
Fotos: Bélok


El Oso y el Madroño en la Puerta del Sol, al comienzo de la calle de Alcalá, su nueva ubicación