Muchas son las leyendas e historias que se cuentan de este estrecho callejón que va desde la plaza de la Morería, hasta la Costanilla de San Andrés. Un pequeño pasadizo en el que se cuenta que existía en tiempos, unas astas de toro colgadas de uno de los balcones de una casa. De aquí salen muchas leyendas: Cuentan que un rey moro organizó unos festejos de toros para conquistar el corazón de Zaida, una joven que vivía en el callejón. Pero el toro resultó más bravo de lo esperado y moro que atacaba con su lanza, moro que acababa en el suelo, hasta que llegó un cristiano caballero, joven y guapo (como siempre) y fue el que pudo matar al toro y resultó al quitarse la coraza del rostro que era el mismo Cid Campeador. Una vez acabados los festejos, el caballero se fue, y desde entonces, cada vez que Zaida suspiraba por su amor, las astas del toro que ella misma había ordenado disecar y que tenía colgadas en su balcón... mugían por su amor. Pronto se comprobó que lo que mugía era un niño que tocaba un cuerno y que también vivía en el mismo edificio. Muy bonitas las leyendas pero la verdad es que probablemente se llame del Toro, porque en la plaza del Alamillo se lidiaban toros en aquella época y al ser un callejón tan estrecho, seguramente algún toro se escapase por él y de ahí el nombre. Sea de donde sea, la verdad es que un encantador rincón de Madrid.
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vista desde la Morería