No tiene nada que ver con la familia de los cipreses, pero se le llama el "Ciprés Calvo". Este árbol es el más antiguo que se encuentra en Madrid y está en el Parque del Retiro. Va camino de los cuatrocientos años y cuentan que sirvió para que los franceses en su invasión a Madrid, se guardaran en sus ramajes, escondiendo allí los cañones con los que atacaban la ciudad. Sin duda alguna, es el árbol más valioso de la capital y fue traído según algunos, por Colón en su viaje a las Indias, otros que fue Cabeza de Vaca en uno de sus viajes a tierras exóticas y otros que incluso mantienen la leyenda de que era hijo del árbol donde lloró Hernán Cortés al perder no sé que batalla, pero la verdad es que no tenemos conocimiento exacto de su procedencia.
En aquella época en que estuvieron los franceses, el Retiro sufrió grandes daños por las tropas. Se talaron cientos de árboles, se abrieron zanjas en el suelo, se derrumbaron monumentos (no hay que olvidar que el árbol está en lo único que queda de los jardines de estilo francés del Palacio del Buen Retiro) y nuestro árbol tuvo la suerte de ser elegido por sus ramas ascendentes y frondosas, hecho también de que se le llame el árbol de los candelabros. Realmente es un Taxodium, otros le llaman ahuehuete (nombre original con el que le conocen los aztecas), aunque se le conoce por "Ciprés Calvo" por que en los países en donde habitan, no pierde la hoja, mientras que el del Retiro se ha acondicionado al clima de Madrid y cada otoño deja caer sus hojas que en esta época se vuelven rojas.
Cuando yo era muy joven, recuerdo que la persona que me lo enseñó por primera vez, me dijo: "ahí tienes el árbol más viejo de Madrid... un árbol prehistórico en el que algunos hechiceros se reunen por la noche para hacer sus conjuros". Yo recuerdo que me quedé con la palabra prehistórico y cada vez que lo veo desde entonces, no puedo evitar imaginarme a los dinosaurios comiendo las hojas de sus ramas. Y no sé que tendrá de cierto, pero el caso es que a principios de los años 90, después de encontrarse extrañas piedrecillas alineadas con formas extrañas y otras cosas raras, se decidió poner una reja alrededor de la base del tronco para protegerle de la cercanía de la gente y evitar los esporádicos rituales nocturnos.
Esta mañana me dí un paseo por el Parque y no pude evitar hacer unas fotos de este sobreviviente de hace casi cuatro siglos para que las veáis. Hay que decir que el árbol está en perfectas condiciones y esperemos que esté en la ciudad otros 1000 años más.