miércoles, 28 de abril de 2010

Iglesia del monasterio de las Descalzas Reales



La iglesia de las Descalzas Reales no requiere una mención de interés especial con respecto a otros templos madrileños. Hemos de decir que el Monasterio es uno de los grandes museos que se pueden admirar en Madrid, junto al Prado, el Palacio Real, etc. Pero la iglesia se sale del contexto de obra sublime. Sin embargo, existen algunos puntos que deben de ser tenidos en cuenta.











La iglesia fue concluida en 1564 y siempre se atribuyó a Juan Bautista de Toledo por el severo estilo clásico de su fachada y la sustitución de los órdenes clásicos por superficies lisas, al igual que en otros monumentos en Toledo hechos por el autor.






Portada de la iglesia de las Descalzas Reales


Pero el interior de la iglesia con una sola nave con bóveda de cañón con lunetos, corresponden al italiano Francesco Paciotto, a quien llamó Felipe II para la obra de El Escorial. Las gradas del altar mayor, el coro y la sacristía, son obra de Juan Gómez de Mora en 1612, mientras que el retablo mayor realizado en 1565, fue obra de Gaspar Becerra. Este retablo desapareció en el incendio de 1862.




Interior de la iglesia







En 1756, la iglesia fue totalmente renovada por Diego de Villanueva, hermano del escultor Juan de Villanueva, quien usó en ella del orden dórico, con pilastras y triglifos. La bóveda fue pintada al fresco por los hermanos Velázquez y se conservó el retablo del altar mayor, obra de Gaspar Becerra. Pero el retablo, junto a otras numerosas obras de arte, desapareció en un violento incendio y al ser restaurado el templo, se puso en su lugar el retablo que procedía del antiguo Noviciado de jesuitas, con un gran relieve que representa la Apoteosis de San Francisco de Regis, obra realizada por Camilo Rusconi en 1716. El retablo está realizado con ricos mármoles y bronces dorados. Para los laterales se encargaron seis relieves al escultor José Bellver y Collazo, que representaban a santos franciscanos. También se realizó en esta época el ático con la Asunción de la Virgen.




Altar mayor con el retablo del desaparecido Noviciado de Jesuitas




Relieve en el retablo de la Apoteosis de San Francisco de Regis, obra de Camilo Rusconi en 1716





Relieve de la Asunción de la Virgen, obra del siglo XIX





Relieve de San Francisco de Regis en el retablo mayor




En los laterales del presbiterio, se encuentran dos grandes lienzos que representan a la emperatriz María de Austria y su hermana, la princesa Juana de Austria. Estos lienzos sustituyeron a los originales desaparecidos en el incendio pintados por Pantoja de la Cruz.


Retratos de la emperatriz María de Austria y la princesa Juana de Austria, lienzos que sustituyen a los originales desaparecidos pintados por Pantoja de la Cruz



Las pinturas de la bóveda pintadas por los hermanos Velázquez, también desaparecieron en el incendio de 1862, pero gracias a un dibujo que se conservaba del original, Antonio García pudo restaurarlas un año después.




La iglesia consta de una sola nave dividida en tres partes: Cabecera cubierta con medio cañón, parte central más elevada también con medio cañón y con pinturas al fresco que representan la Trinidad y diversos santos de la orden franciscana, y la parte de los pies presenta tres bóvedas de amplio cañón más rebajado, que sujeta el coro de monjas.


vista de la bóveda de cañón rebajado que sujeta el coro de las monjas



Vista del coro de las monjas



En el presbiterio, al lado de la Epístola, se encuentra una pequeña capilla de mármoles, labrada en el siglo XVII, según diseño de Juan Bautista Crescenti, autor de la cárcel de Corte (hoy Ministerio de Asuntos Exteriores), del Panteón de El Escorial, y en este mismo Monasterio de las Descalzas, de la nueva urna que en el coro guarda los restos de la emperatriz Doña María de Austria.
En esta capilla está el sepulcro de la fundadora del Monasterio, Doña Juana de Austria, con su estatua orante, que es una de las más bellas obras de escultura funeraria que existen en España. El parecido de su traza con los bustos de Carlos V con su familia y Felipe II con la suya, que existen a los lados del presbiterio, en la basílica de El Escorial, ha podido contribuir a que generalmente se haya tenido por obra de Pompeyo Leoni este monumento, pero lo cierto es que existe un documento del propio rey Felipe II en que escribe a Don Pedro Deza, presidente de la Chancillería de Granada, en que le dice que Jacobo de Trezzo, maestro criado, es el encargado de hacer el sepulcro de la infanta. Hasta nosotros ha llegado como que la decoración arquitectónica de la estancia es obra de Trezzo, mientras que la figura orante es obra de Pompeyo Leoni.


Fuente de esta foto: Alejandro Blanco

Sepulcro de Juana de Austria con la figura orante de Pompeyo Leoni



Existen dos pinturas en mármol en dos altares, que se piensan que son los originales primitivos de Gaspar Becerra, representando a San Juan Bautista y a San Sebastián.




Inmaculada atribuida a Sebastián Herrera Barnuevo




Juguemos a las diferencias en estas dos fotos y podremos observar que existen a ambos lados de la nave, dos órganos y dos tribunas idénticas. La diferencia entre las tribunas son los escudos sobre ellas, mientras que la diferencia entre los órganos, son que uno de ellos, en el lado del Evangelio, tiene tubería vertical y el otro no los tiene.



Tribunas y órganos de la iglesia






También se encuentran enterrados en esta iglesia, sus Altezas Reales, Don Alfonso de Borbón y su hijo Don Francisco de Borbón.


Lápida de la tumba de Alfonso y Francisco de Borbón



Fachada del Monasterio de las Descalzas Reales, con la portada de la iglesia









Entrada renacentista de estilo plateresco, al Monasterio de las Descalzas Reales





lunes, 26 de abril de 2010

Trivial Madrid 8




Exacto. Era la puerta de entrada al Monasterio de las Descalzas Reales


J.J. Guerra Esetena = 17
Samantha = 12
Antonioiraizoz = 8
Mercedes = 3

domingo, 25 de abril de 2010

Plaza de la Paja



La plaza de la Paja, antes era del Marqués de Comillas y se encuentra en pleno Madrid de los Austrias. Se llamó así porque en ella se subastaba la paja que se otorgaba a los canónigos de la vecina capilla del Obispo para el mantenimiento de las mulas que poseían. Por la situación en que se encontraba, espaciosidad y por las construcciones que la rodeaban, fue el verdadero centro de la vida interior del barrio y la plaza principal y más importante de la villa durante casi toda la Edad Media, hasta que en tiempos de Juan II se forma sobre la laguna de Luján, la plaza del Arrabal, que luego había de ser la Plaza Mayor de la corte de las Españas. Desde el siglo XIII fue el foco comercial como lugar de mercado de la ciudad.

Aquí residieron las principales familias nobiliarias de Madrid. Palacios como los de los Lasso de Castilla, los Vargas, el Marqués de la Romana o el Palacio de Isabel la Católica, llamado así porque en esta plaza vivieron los Reyes Católicos, pero siendo una afirmación inexacta, ya que los Reyes vivieron en el Palacio de los Lasso de Castilla, que se ubicaba muy cerca y en la misma plaza.

La plaza es un recinto irregular que salva una considerable pendiente, provocada por el barranco del desaparecido arroyo de San Pedro, en cuyo cauce se encuentra actualmente la calle Segovia. La plaza es un conjunto de edificios de interés histórico-artístico, tanto religiosos como civiles.

En la zona norte de la plaza, podemos encontrar la maravillosa capilla del Obispo, que está pegada al Palacio de los Vargas. Capilla que pertenece al complejo religioso de San Andrés, donde se encontraba el pasadizo elevado que unía la parroquia con el Palacio de los Lasso, por donde entraban los reyes a la dependencia privada de la iglesia desde donde podían oír misa.




Fachada de entrada a la capilla del Obispo



En la zona sur hoy en día podemos encontrarnos con el Colegio de los niños de San Ildefonso, con los jardines del príncipe de Anglona, y el antiguo del Marqués de la Romana, desde donde podemos ver una bonita vista de la torre mudéjar de la iglesia de San Pedro el Viejo.

calle del Príncipe de Anglona con el Palacio del Marqués de la Romana y la torre de la iglesia de San Pedro



La plaza de la Paja está en el barrio de La Latina y es un lugar con poco tráfico donde poder pasear y admirar el viejo Madrid de los Austrias. En verano, es un lugar idóneo donde la gente descansa en sus terrazas y donde se reunen cientos de personas para tomar una copa o cenar en sus locales cercanos.


vista de la tapia de los jardines del Príncipe de Anglona



Conjunto religioso de San Andrés. Lo forma la parroquia de San Andrés, la capilla del Obispo y la Real Capilla de San Isidro. A la izquierda el antiguo Palacio de los Vargas.



vista de San Andrés desde la Costanilla de San Andrés



calle del Toro



Una plaza llena de encanto y de historia que te transporta a un Madrid de siglos atrás, cuando Alfonso VI entró victorioso a la plaza por la calle del Aguardiente y que hoy lleva su nombre. Junto a la calle de Alfonso VI, desemboca en la plaza la calle del Toro, calle de la Redondilla, del Príncipe de Anglona y la del Alamillo, atravesándola de norte a sur la Costanilla de San Andrés.

sábado, 24 de abril de 2010

Iglesia de San Francisco de Borja




La iglesia de San Francisco de Borja, se encuentra en la calle Serrano de Madrid. Fue construida según el proyecto de Francisco de Asís Fort entre 1946 y 1950, siendo inaugurada en 1965. El edificio hace un conjunto junto a la Casa Madre de la Compañía de Jesús, lugar donde el presidente del Gobierno, el almirante Carrero Blanco, tuvo el atentado de ETA. La explosión envió el coche hasta la azotea de esta iglesia. En la calle de Claudio Coello, una placa conmemorativa en la pared, recuerda el atentado.

Según se mira al altar, el palco de la izquierda, estaba reservado por Franco para su familia, además se comentaba en la época, que Franco ayudaba económicamente al sustento de esta iglesia.





Esta iglesia nunca pasaba el cesto para las limosnas y creo que hoy en día, sigue con esa tradición. Los restos del padre jesuita José María Rubio, conocido como el Apóstol de Madrid, descansan en este edificio. La iglesia es propiedad de los jesuitas.




La fachada en su primer cuerpo inferior, tiene tres arcos de medio punto, con una escalinata que lleva hasta ellos desde la verja de entrada. Una vez pasado los arcos nos encontramos en el atrio.
Por encima de los arcos, tres balcones con dintel, enmarcados por cuatro columnas jónicas.
El segundo cuerpo consta de otra cuatro columnas, en este caso dóricas, que enmarcan una ventana. A ambos lados, dos hornacinas donde se encuentran dos esculturas, por encima de las hornacinas, dos escudos y un relieve. El tercer cuerpo contiene un frontón con un vano hornacina donde se aloja la escultura del titular del templo. Rematando la fachada a unos metros de distancia hacia adelante, dos torres gemelas . Nos llamará la atención de la increíble altura de este edificio.


interior de la iglesia




vista del crucero y la cúpula sobre pechinas



el altar mayor carece de retablo, estando ocupado por un cristo crucificado



Portada en la calle de Claudio Coello de la Casa Madre



Patio central del edificio
















Altar en donde están los restos de San José María Rubio




















vista del atrio en la entrada a la iglesia



fachada de la iglesia en la calle Serrano