jueves, 11 de febrero de 2010

Iglesia de San Ildefonso



La iglesia de San Ildefonso, se encuentra en la plaza del mismo nombre, al comienzo de la calle de Colón y a un lado de la calle Corredera Alta de San Pablo, en pleno barrio de Malasaña. Esta iglesia ha sufrido toda clase de penurias desde su construcción. Se construyó en 1629, como templo destinado a San Martín, filial al Convento Benedictino del mismo nombre en la Plaza de las Descalzas. En 1635, ya nos aparece como iglesia de las Capuchinas, aunque sigue perteneciendo a San Martín. Era un gran templo de tres naves, con planta basilical, que ocupaba todo lo que hoy es la plaza aneja. En 1809, llegó José Bonaparte y su afán de tirarlo todo, y derribó el templo para hacer una de sus ansiadas plazas. Por cierto, que algún día haremos un artículo sobre Pepe botella o el rey Plazuelas, porque a pesar de todo, José Bonaparte, fue un buen rey, además de ser muy culto e inteligente, pero Madrid estaba muy dolido con lo ocurrido en 1808, pero eso será en otra ocasión. Sigamos con el templo que nos ocupa.
En 1827, se volvió a levantar el templo, que es el que hoy conocemos, proyecto del arquitecto Antonio Cuervo, pero en 1832, nuestro templo sufrió un incendio que la dejó casi destruida por completo. Restaurada posteriormente, hubo que recortarle los pies, que fue donde sufrió más con el incendio, con lo que hubo que diseñar una nueva fachada. Aquí, desde luego que ahí se lucieron, porque la fachada del templo, no puede ser más normalita y feílla. Durante la guerra, convertida en un almacén de víveres, volvió a sufrir grandes destrozos e incendios, y no quedó apenas nada del proyecto original de Cuervo, pero muchas de las imágenes habían sido guardadas por algunos feligreses en sus casas y gracias a ello, se conservaron hasta nuestros días.
En 1952, se restauró y remodeló totalmente la iglesia, revistiendo las torres de losetas, y quitando el enfoscado de las fachadas.

El exterior consta de un cuerpo central, flanqueada por dos torres achatadas, rematadas con tejadillos con campanarios de balcones enrejados. En la mitad de la fachada, sobresale su único ornamento, un óculo con un octograma, que sirve de vidriera rosetón al templo. En la torre derecha, se encuentra un reloj.

reloj en la torre derecha de la fachada




Con planta de cruz griega, el interior de la iglesia, es bastante más interesante de lo que en un principio nos hace creer el exterior y enseguida nos damos cuenta que el itinerario habrá merecido la pena.




interior de la iglesia









vista del presbiterio y la bóveda del ábside








En el retablo, de estilo neoclásico, se encuentra enmarcado el relieve que representa la imposición de la casulla a San Ildefonso, atribuido a Gaspar Becerra, del siglo XVII. De lejos queda hasta bonito, pero de cerca, a mí particularmente, no me gusta nada, y la restauración exagerada menos. Dicha restauración corrió a cargo de Mariano Bellver en 1861 y el dorado al maestro Isidro. A los lados en el presbiterio, dos tribunas estilo imperio.

retablo neoclásico con dos gigantescas columnas corintias que enmarcan el relieve atribuido quizás a Gaspar Becerra, que representa la imposición de la casulla a San Ildefonso, restaurado por Mariano Bellver








En el lado de la Epístola, nos encontramos con dos esculturas de Francisco Vergara el Mozo, una a los pies de la nave y otra al final. La del comienzo es de San Antonio de Padua y la del final, San José, que algunos cronistas no la atribuyen a Vergara y yo tampoco doy crédito a ese dato, sinceramente no me parece en absoluto de Vergara. Acostumbrados a verle con el niño en un brazo, aquí le vemos con el niño más crecidito y de la mano.

San Antonio de Padua, obra de Francisco Vergara "el Mozo"



escultura de San José, obra atribuida por algunos a Vergara "el Mozo"




Cerca de San Antonio de Padua, hay un cristo crucificado, talla del siglo XX, el Cristo de la Providencia. No veo la escultura equilibrada, no sé... le veo las piernas demasiado cortas.

El Cristo de la Providencia, talla del siglo XX




A mitad de la nave, en un retablo neoclásico, un altar cerrado con cristal, dedicado al Santísimo Cristo de la Misericordia, que comparte altar con la imagen de la Virgen de la Soledad. El Cristo, una impresionante y bellísima talla del siglo XVII, es anónimo, mientras que la imagen de la Virgen, es una talla más reciente, del XIX. Solo por ver la talla de este Cristo, la visita, habrá merecido la pena.

retablo neoclásico con el Santísimo Cristo de la Misericordia y la Virgen de la Soledad





La preciosísima imagen del Santísimo Cristo de la Misericordia, talla del siglo XVII





La cúpula, como ya dijo Pedro de Répide, parece un cascarón colocado encima, a lo que yo añado que parece también, la tapa de un huevo kinder y creo recordar que alguna vez tuve una ensaladera igual, con ese mismo dibujo en el borde, y está sobre pechinas, pintadas con los cuatro evangelistas.

la sosísima cúpula y pechinas pintadas con los cuatro evangelistas



Una placa en la iglesia, nos recuerda que en este templo se casó Rosalía de Castro con Manuel Murguía en 1858.

San Ildefonso vista desde la plaza del mismo nombre






POR FAVOR, BASTA YA!




miércoles, 10 de febrero de 2010

Monumento a los Saineteros (o a los chisperos)



El monumento a los chisperos, un grupo escultórico ejecutado por Lorenzo Coullaut-Valera (el mismo que hizo el monumento a Cervantes de la Plaza de España), se encuentra en la calle Luchana, en la desembocadura de la calle Manuel Silvela y haciendo esquina con Francisco de Rojas y es un homenaje en honor de los saineteros madrileños.
Qué curioso, una plaza que no tiene nombre, mira que hay plazas pequeñas en Madrid, pero esta, que incluso es bastante más grande que muchas otras, permanece innombrable, así que nos referiremos a ella como esa parte ajardinada de la calle Luchana.

cuatro vistas distintas del grupo arquitectónico superior. Una Manola, un chispero y una pareja típica












Sobre un pedestal, aparecen dos parejas típicas del Madrid del siglo XVIII y XIX.
Adosados al pedestal, se encuentran los bustos de Ramón de la Cruz y Ricardo de la Vega representando el sainete, y de Chueca y Barbieri, en representación de los que llevaron a la escena las costumbres típicas del pueblo madrileño que se escribieron en sainetes. En la parte inferior del monumento, se encuentran representadas en relieves, cuatro escenas típicas.

pedestal del monumento



bustos de Ricardo de la Vega y Barbieri, en el otro lado se encuentran los de Ramón de la Cruz y Barbieri



uno de los cuatro relieves de escenas típicas de sainetes. En este que enseñamos: Las castañeras picadas




Fuente de esta foto: ABC
11 de Agosto de 1910 en ABC, Coullaut-Valera, enseña el monumento al alcalde de Madrid Francos Rodríguez



Placa del monumento


La placa dice textualmente:



Ayuntamiento de Madrid
MONUMENTO
A LOS SAINETEROS MADRILEÑOS
OBRA DE LORENZO COULLAUT-VALERA
AÑO 1913
LOS BUSTOS REPRESENTAN A RAMÓN DE LA CRUZ,
RICARDO DE LA VEGA, CHUECA Y BARBIERI.
LOS BAJOS RELIEVES ESCENIFICAN OBRAS DEL GÉNERO.
CORONA EL MONUMENTO UN GRUPO FORMADO
POR CHISPERO, MANOLA Y UNA PAREJA TÍPICA
DEL MADRID CASTIZO DEL SIGLO XIX.



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martes, 9 de febrero de 2010

Iglesia de las religiosas de Maria Inmaculada (Casa Madre)



En 1907, el arquitecto Daniel Zabala, en unos jardines interiores de la calle Fuencarral, construyó una capilla con cripta que se unía mediante unas pasarelas a dos palacios. Uno era un palacete pequeño, y el contiguo, era el palacio, que Martín López Aguado había construido en 1853 para el Conde Vistahermosa, que daba a la calle de Fuencarral, Divino Pastor y llegaba hasta la calle San Andrés. Una vez comprados los dos palacios, se estableció la Casa Madre, de las Religiosas de María Inmaculada, del Servicio Doméstico, una Institución que acogía jóvenes y las instruía para trabajar en el servicio doméstico y educaban en la doctrina cristiana. Este palacio había sido habitado por el duque de Montpensier, D. Antonio de Orleans, cuñado de Isabel II y que una vez salió triunfante de la revolución de septiembre, creyó que tenía todas las probabilidades de hacerse con el trono de España. Un desafío a duelo con el Infante Don Enrique, en el campo de las Ventas de Alcorcón, acabaron con todas las esperanzas del duque y sus sueños acabaron del mismo modo que acabó su vida. El palacio pasó a manos de Fermín Lasala, duque de Mandas, que llegó a ser Ministro, y en los salones de dicho palacio se hicieron reuniones donde asistieron todos los primates de la Restauración. En los jardines delanteros de este palacio, sería donde se levantase la iglesia que nos ocupa. En 1898, la Institución religiosa adquirió ambos palacios, encargando al arquitecto José Marañón, las obras de reforma y ampliación, para convertirlos en la sede del Colegio. Aquí fue cuando desapareció la imagen clasicista, rematada con torreones en las esquinas que tenía el palacio. Entre 1910 y 1915, en lo que eran los jardines delanteros, se levantó la actual iglesia neogótica haciendo chaflán entre Divino Pastor y Fuencarral, quedando el palacio encajonado detrás del nuevo edificio.







Con una fachada neogótica de dudoso gusto, a la que no sabemos si le falta una torre o si en el proyecto original le dejaron con una, se levanta esta iglesia de estilo neogótico donde estuvo el cuerpo incorrupto de su fundadora. Es una iglesia que para muchos pasa desapercibida, pero que por situarse muy cerca de mi casa, he pensado escribir este artículo para que el que no la conozca, pueda visitarla virtualmente.

vista de la portada en la fachada



balcón en la fachada neogótica





Interior del templo








El interior de la iglesia es la típica construcción neogótica, con nervaduras en sus bóvedas, arcos y ventanas ojivales y el típico blanco limpio que suelen dar de aspecto las iglesias que no son góticas de verdad. Desde luego, si en esta iglesia estuviera la piedra ennegrecida y envejecida y con los altares y ornamentos oscuros, y sus columnas no fueran corintias, podría dar el pego y pasar por gótico perfectamente. Es bastante bonita en su interior y bastante alta para lo pequeña que es. De las esculturas que contiene, ninguna es de mención importante.







arcos ojivales y bóveda con nervaduras en la nave central




El interior fue ornamentado con altares e imágenes, realizados en los talleres creados por el sacerdote asturiano, Félix Granda. El templo fue muy maltratado en la guerra, y en 1943, buena parte del interior fue restaurado por el mismo taller

pequeña nave lateral




interior del templo















En un altar lateral, bajo el ara, se conserva una réplica con el molde original de la cara hecho en cera de la santa navarra, fundadora de las Religiosas de María Inmaculada (Servicio Doméstico), beatificada por el papa Pío XII en 1950 y canonizada en 1975 por el Papa Pablo VI, madre Vicenta María López y Vicuña.

lunes, 8 de febrero de 2010

Palacio Longoria



El Palacio de Longoria, o Casa Longoria, es un palacete que se encuentra en el barrio de Chueca, en la calle de Fernando VI, esquina con la calle Pelayo. Es muy difícil pasar por este edificio y no recorrer la mirada por sus fachadas.

Fue José Grasés Riera el arquitecto que construyó el palacete en 1902, por encargo de un financiero que poseía una gran fortuna, Javier González Longoria. En 1912, el edificio fue comprado por la Compañía Dental Española, para residencia de su presidente por 500.000 pts y en 1946, los herederos lo vendieron a Construcciones civiles. En 1950, la Sociedad General de Autores de España (SGAE), compró el edificio por menos de cinco millones de pesetas.
Hay mucha gente que cuando ve el edificio, piensa que es de Gaudí, pero el arquitecto catalán no tiene ninguna construcción en nuestra ciudad. José Grasés Riera, también era catalán, y fue compañero de Gaudí, no discípulo, como muchos dicen, y además construyó este Palacio, mucho antes que Gaudí sus obras más famosas. Una vez que se trasladó a vivir a Madrid, trabajó para la alta sociedad madrileña, de la que formó parte, siendo un gran arquitecto de prestigio, que además trabajaba con total libertad en sus edificios y evolucionando con los gustos y las corrientes arquitectónicas del momento. Un buen número de edificios y monumentos han quedado en la capital, de la mano de este arquitecto. El Monumento de Alfonso XII en el Retiro, el edificio de la Equitativa (Sede del Banesto), el teatro Lírico, el monumento a Emilio Castelar, etc.

El Palacio de Longoria, es el mayor exponente del modernismo en Madrid, construido con una clara ornamentación barroca con influencias francesas. El edificio, que hace esquina, consta de dos cuerpos rectos, unidos en el centro, justo donde se forma esa esquina, por un torreón con forma circular que rompe las líneas rectas, dándole un gran prestigio visual.



torreón circular que rompe los dos cuerpos rectos de la estructura del palacio




Ornamentación barroca con influencias francesas en el torreón







balconada del torreón



Las fachadas dejan un pequeño paso de separación, hasta llegar a una valla, con verja de hierro forjado que lo separa de la calle, haciendo un efecto más volumétrico.






Las paredes, balcones y ventanas, están decoradas simétricamente, con esculturas y decoraciones vegetales.












La tercera planta, abuhardillada, contiene óculos ovalados con guirnaldas imitando medallones antiguos.




El interior es fantástico. Una entrada de carruajes se encuentra en el torreón que hace esquina, enlaza con un hall, donde comienza una maravillosa escalera que se abre en dos brazos, dentro de un cilindro enmarcado por una barandilla de hierro forjado y bronce, envuelta por una columnata que sostiene una cúpula de vidrieras de colores. Todo el espacio de la escalera es de hierro, bronce y mármol.



comienzo de la hermosísima escalera del edificio







vista de la escalera y la cúpula con vidrieras de cristal de colores




Tiene un patio-jardín en el interior, donde los balcones con galerías, tienen unas columnas con forma de palmera.



balcones en el patio-jardín interior,con las columnas con forma de palmera







Es una lástima que el edificio no se pueda visitar, ya que los detalles del interior, son igualables o incluso superiores a los del exterior, pero si hay algo que podamos agradecer a la SGAE, es el haber mantenido este maravilloso edificio en las condiciones con las que ha llegado hasta nuestros días. El edificio ha tenido varias reformas, dos de ellas siendo la SGAE dueña del inmueble. Esta sociedad ha declarado hace poco, que mudaban la sede al palacio del Infante en Boadilla del Monte (esta gente va de palacio en palacio) y sería un buen momento para que todos los madrileños y visitantes, pudieran contemplar este exponente modernista que tenemos en Madrid, sin que nos cobren un canon por hacerlo.
Como podéis imaginar, la visita al interior del edificio, ha sido imposible, y todos mis intentos, negativos y frustrados. Así que las fotos del interior que veremos, pertenecen al libro, Palacios de Madrid de Ramón Guerra de la Vega. Las exteriores, he intentado que sean lo mejor posible, pero es que el colorcito del edificio se las trae...
Este palacio hay gente que no le gusta nada y dice que parece de chocolate, pero el que sea admirador del modernismo y el buen gusto, seguro que sabrá apreciar la maravilla modernista que tenemos en nuestra ciudad.