La Fuente de la Fama es una obra de Pedro de Ribera en estilo churrigueresco construida en el segundo tercio del siglo XVIII. Fue un encargo de Felipe V para adornar la Villa y mejorar los suministros de agua y hay que contar como anécdota que en el momento de su inauguración, se instaló un letrero a petición popular que decía:
Deo volente, rege survente et populo contribuiente, se hizo esta fuente (Dios lo quiso, el rey lo mandó y el pueblo lo pagó). Esto fue debido a que se financió con una subida de impuestos.
La fuente fue colocada en la plaza de Antón Martín, después estuvo en el Parque del Oeste y en 1941 quedó en su emplazamiento actual, los jardines del Arquitecto Ribera (Plaza de Barceló) y justo detrás del antiguo Hospicio de San Fernando, también obra de Pedro de Ribera.
La fuente en su ubicación original de la plaza de Antón Martín
Fuente de esta foto: Urbanity
La fuente cuando estaba en el Parque del Oeste
fuente de esta foto: R. Pando
La fuente en su ubicación actual en los Jardines del Arquitecto Ribera
La fuente está construida en piedra berroqueña y los grupos escultóricos en piedra caliza de Colmenar de Oreja. La fuente consiste en un pilón en forma de trébol de cuatro hojas que contiene una estructura de piedra que en su parte inferior tiene cuatro delfines mitológicos sobre unos pequeños pedestales o bases que tienen un arco por el que circula el agua. La pilastra sigue ornamentada con hornacinas con floreros y escudos, y las esculturas de cuatro niños que sujetan cada uno una concha invertida.
Remata la fuente una Victoria alada que blande una trompeta. Esta figura muestra un insinuante movimiento, simbolizando que, a pesar del triunfo (ejemplificado por la trompeta), la fama no perdura.
Aunque he conocido durante toda mi vida la fuente en ese lugar, a mí no me convence el sitio elegido y la verdad es que me gustarían otros lugares de la ciudad para su ubicación. Cuantas veces habré trepado por ella cuando era pequeño...
Las fotos son actuales y reflejan el estado en que se encuentran sus alrededores. Imagino que una vez que acaben las obras de la zona, la fuente lucirá de otra manera. En ese momento, cuando los delfines vuelvan a expulsar sus chorros de agua y esté lleno el pilón, actualizaré las fotografías.