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martes, 22 de marzo de 2016

Puerta de Alcalá



La Puerta de Alcalá es uno de los símbolos más característicos de Madrid y que recibe su nombre por encontrarse en el camino de la vecina Alcalá de Henares. Se encuentra en la Plaza de la Independencia, uno de los espacios más representativos de la ciudad, junto a la puerta principal del parque del Retiro, y muy cerca de otro de los símbolos, la fuente de la Cibeles. El proyecto es de Francesco Sabatini y fue mandada construir por Carlos III. Antes de describirla y para hacernos una idea, hagamos un breve recorrido por su historia.

Para saber la historia del pasado de la puerta, hay que hablar de su antecesora, ya que hubo otra Puerta de Alcalá anterior a la que conocemos actualmente. Se encontraba más cerca de Cibeles y fue construida en el siglo XVII para la entrada en Madrid de la reina Margarita de Austria, esposa de Felipe III. Estaba construida de ladrillo y se formaba por una arco grande y dos pequeños a ambos lados. Sobre el arco central, se superponía otra arcada que cobijaba una estatua de piedra de Nuestra Señora de las Mercedes, mientras que cada uno de los arcos laterales, estaba coronado por una estatua, de San Pedro Nolasco y de la Beata Mariana de Jesús, respectivamente. La puerta se derribó en 1764, tras la entrada en Madrid de Carlos III, al cual no le gustó nada y decidió levantar una nueva.











Aquí el arco central nos enseña una maravillosa vista de Madrid



Aquí el arco central nos muestra la mayor aberración que se haya podido cometer contra la Puerta








Para la nueva Puerta, se presentaron varios proyectos, entre los cuales existían varios de Ventura Rodríguez, pero Carlos III prefirió el proyecto de Sabatini. La puerta está construida de granito y piedra de Colmenar, dentro del estilo neoclásico, al que se le añadieron toques barrocos escultóricos. Es de un solo cuerpo con cinco puertas, siendo los tres centrales en forma de arco de medio punto y cuadrados los dos laterales. En su fachada exterior se adorna con diez columnas de granito sobre zócalo y capiteles semejantes a los que ideara Miguel Ángel para el Capitolio romano y que no llegaron a colocarse. La fachada interior se adorna con pilastras, excepto el arco central que está jalonado por dos columnas como en la fachada opuesta. Las tres claves de los arcos centrales se adornan con cabezas de leones y los dinteles de las dos puertas laterales se adornan con cornucopias cruzadas, obra del escultor Roberto Michel. Sobre el arco central se alza un ático o frontispicio semicircular, coronado en la fachada exterior por un gran escudo de armas de Carlos III que sostienen la Fama y el Genio, obra de Francisco Gutiérrez, al igual que los trofeos militares y las figuras de niños que decoran la parte superior del monumento en la cornisa.
Es curioso un dato que pocos conocen y que para todo el mundo pasa desapercibido ... Las dos caras de la Puerta de Alcalá, son distintas.








La fachada exterior, que es la que mira al este, presenta como hemos comentado columnas adosadas, mientras que la interior, la que mira al oeste, presenta pilastras, y en la parte superior figuran las cuatro virtudes cardinales: La Prudencia, Justicia, Templanza y Fortaleza, todo es obra al igual que las cornucopias, de Francisco Gutiérrez. En el vano, el ático central también es distinto por las dos caras, pero en los dos se encuentra la misma inscripción latina que dice: REGE CAROLO III. ANNO MDCCLXXVIII.










Esto se debe a que había dos proyectos, uno con columnas y otro con pilastras, así que se decidió fundir los dos acabados en uno. También decir que no se hizo la Puerta como un monumento, sino como una auténtica Puerta de uso, ya que se inauguró existiendo la cerca que delimitaba la ciudad por el oeste y que siguió hasta finales del siglo XIX, existiendo en sus arcos las rejas que se cerraban al atardecer.
Además, en sus piedras existen huellas de la agitada historia del siglo XIX, como las cicatrices de los impactos de los cañones del general Bessières, cuando la expedición francesa de los Cien Mil Hijos de San Luis en apoyo del trono absolutista de Fernando VII en 1823.





Acompaño a mi sombra por la avenida,
mis pasos se pierden entre tanta gente,
busco una puerta, una salida
donde convivan pasado y presente...
De pronto me paro, alguien me observa,
levanto la vista y me encuentro con ella
y ahí está, ahí está, ahí está
viendo pasar el tiempo la Puerta de Alcalá.
Una mañana fría llegó Carlos III con aire insigne
se quitó el sombrero muy lentamente
bajó de su caballo con voz profunda
le dijo a su lacayo: ahí está la Puerta de Alcalá
ahí está, ahí está viendo pasar el tiempo
la Puerta de Alcalá

Lanceros con casaca, monarcas de otras tierras,
fanfarrones que llegan inventando la guerra,
milicias que resisten bajo el "no pasarán"
y el sueño eterno como viene se va
y ahí está, ahí está viendo pasar el tiempo
la Puerta de Alcalá.

Todos los tiranos se abrazan como hermanos,
exhibiendo a las gentes sus calvas indecentes,
manadas de mangantes, doscientos estudiantes
inician la revuelta son los años sesenta
ahí está, ahí está viendo pasar el tiempo
la Puerta de Alcalá

Un travestí perdido, un guardia pendenciero,
pelos colorados, chinchetas en los cueros,
rockeros insurgentes, modernos complacientes,
poetas y colgados, aires de libertad
ahí está, ahí está viendo pasar el tiempo
la Puerta de Alcalá

La miro de frente y me pierdo en sus ojos,
sus arcos me vigilan, su sombra me acompaña,
no intento esconderme, nadie la engaña,
toda la vida pasa por su mirada
Miralá, míralá, miralá, míralá,
la Puerta de Alcalá
Miralá, míralá, miralá, míralá,
la Puerta de Alcalá.


..........................................................................................................Ana Belén



sábado, 18 de abril de 2015

Puerta de Toledo



La Puerta de Toledo, fue mandada construir por Napoleón como un arco triunfal cuando arrebató el reino a Fernando VII, aunque en un principio iba dedicado a su hermano José Bonaparte. Pero quién le iba a decir al Emperador, que el gran arco triunfal que había proyectado para representar su triunfo contra el rey español, se volvería contra él, representando justo lo contrario, ya que el destino quiso que al final se convirtiera en un monumento triunfal en honor del rey Fernando VII y su triunfo contra Napoleón.

Esta es la tercera puerta de Toledo que se construye, ya que la primera data del siglo XV, y una segunda en el siglo XVII cuando se construyó la cerca de Felipe IV. Pero de estas puertas no sabemos apenas nada, así que vamos a centrarnos en la tercera y actual Puerta de Toledo, la última gran puerta monumental que se construyó en Madrid.

En sus cimientos, Pepe Botella mandó enterrar algunas monedas, calendarios, guías y constituciones de su reinado, pero en 1813, una vez expulsado el rey plazuelas, el Ayuntamiento constitucional de Madrid acordó continuar la obra con el fin de que fuera un símbolo de independencia contra los invasores franceses. Se extrajeron las reliquias enterradas para sustituirlas por el texto de la Constitución española, junto a medallas de Fernando VII, el mismo rey que luego hizo remover sus cimientos, al abolir la Constitución de 1812, y pasó de ser un monumento constitucional, a un monumento absolutista.

La puerta tiene similitud con la Puerta de Alcalá y está construida de granito, pero esta contiene solo tres vanos. Un gran arco central de medio punto y a los lados dos puertas adinteladas. La decoración consiste en medias columnas jónicas estriadas enmarcando el arco central y pilastras del mismo estilo enmarcan las puertas laterales.





Sobre el arco central, se encuentra un gran ático que expresa el predominio de la cabeza sobre el cuerpo, donde se encuentra el grupo escultórico de José Ginés que representa la alegoría de España portando el escudo de Madrid y al lado, la personificación de las Artes con una matrona que simboliza las provincias. Completa el grupo, un león que representa el poder monárquico y distintos trofeos militares.
El proyecto fue del arquitecto don Antonio López Aguado, y la parte escultórica de José Ginés, que fue ejecutada en piedra por Ramón Barba y Valeriano Salvatierra.









Hay dos cartelas: una en latín y otra en castellano, que dicen: "A Fernando VII el Deseado, padre de la Patria, restituído a sus pueblos, esterminada la usurpación francesa, el Ayuntamiento de Madrid consagró este monumento de fidelidad, triunfo y alegría. Año de 1827"
En las revoluciones de 1854 y 1868 se destruyeron estas inscripciones, que han sido modernamente rehechas.





Veamos unas fotos antiguas en donde la Puerta se usaba como tal, y por debajo de sus arcos pasaban transeúntes, carros, caballos y tranvías, teniendo los arcos sus puertas que cerraban el acceso de la cerca. (Fotos de Urbanity)










Como anécdota contaremos que desde que se construyó el túnel que pasa por debajo del monumento, el arco central de la puerta se encuentra deformado al haber cedido parte del terreno, aunque no es perceptible a primera vista.
Es una lástima que una puerta tan maravillosa y grandiosa como esta, se encuentre rodeada de edificaciones sin ningún interés y ningún valor estético. La Puerta fue construida pensando en una entrada monumental desde el camino de Andalucía y Toledo, cuadrada con el eje del magnífico puente de Toledo de Pedro de Ribera y esa increíble vista desde esa zona inferior en altura, perfilándose la Puerta en lo alto del camino de Toledo.




Para rematar el conjunto, se pensó en una grandiosa remodelación de la zona urbanística que rodea a la Puerta y que nunca se realizó. Por tanto, este gran monumento neoclásico, sobrio y grandioso, se encuentra alejado del resto de grandes edificaciones de la época, y la plaza quedó en un cruce de caminos, que no hace honor a la Puerta y que merecería un marco mucho más digno que en el que se encuentra. Una lástima que no haya habido todavía ningún cargo que se encargue de dar a esta Puerta el reconocimiento que merece. Puestos a imaginar... que fama tendría esta Puerta, si hubiera estado en la glorieta de Atocha, por ejemplo??, entre el Jardín Botánico, el edificio del Reina Sofía, el Ministerio de Agricultura, la marquesina de la Estación de Atocha y el Observatorio astronómico en lo alto de la Cuesta Moyano. Seguro que tendría el rango que merece, verdad?.


miércoles, 26 de octubre de 2011

Puerta Real



La Puerta Real se encuentra en la verja de cerramiento del Real Jardín Botánico (del que hablaremos en este blog en otra ocasión) y fue construida en 1773 por el arquitecto Francisco Sabatini. La puerta se construyó para ser la puerta principal del jardín, pero perdió su función al construirse la nueva Puerta de Murillo por Juan de Villanueva, arquitecto que hizo el trazado definitivo del jardín, pocos años después.






La Puerta es de estilo clasicista y está dedicada al rey Carlos III, consta de un arco de medio punto, con archivolta, coronado por un frontón y dos postigos adintelados situados a cada lado. En el cuerpo central, dos columnas dóricas flanquean el arco, sujetando un cornisamiento con un friso y una lápida con una inscripción que alude a Carlos III y al año de su inauguración.

"Carolus III P.P. Botanices instaurator, civium saluti et oblectamento. Anno MDCCLXXXI."

"Carlos III, padre de la patria, restaurador de la Botánica, a la salud y recreo de los ciudadanos, año 1781."

La puerta está construida en piedra labrada de granito y algún elemento en caliza. En ella podemos observar el parecido con la Puerta de San Vicente, también del mismo autor.





La Puerta Real se encuentra en el Paseo del Prado y pasa desapercibida para mucha gente. En la actualidad permanece siempre cerrada.


domingo, 19 de junio de 2011

Puerta de San Vicente



La Puerta de San Vicente tiene en su haber tres construcciones a lo largo de la historia de Madrid, y a estas hay que sumarle una cuarta que era la original puerta que se encontraba en las cercanías del lugar. Esa primitiva puerta se llamaba "Puerta el Parque", que estuvo en pie hasta el año 1726, cuando el alcalde de Madrid, el marqués de Vadillo, encargó una nueva construcción al arquitecto Pedro de Ribera para sustituir la anterior que se encontraba en estado ruinoso.
La nueva puerta de Ribera constaba de tres arcos y estaba adornada con una estatua de San Vicente, de donde recibió el nombre que le acompañaría para siempre. Popularmente también se la llamaba "Puerta de la Florida". Pero fueron pocos años los que duró la puerta de Ribera, ya que en 1770 en una remodelación de la Cuesta de San Vicente para los nuevos accesos a Palacio desde el Pardo, la puerta fue derribada sin remordimiento alguno (otro monumento de Ribera que se cargaron de un plumazo). Al poco tiempo, Carlos III encargó una nueva puerta que diera acceso a la ciudad desde el nuevo Paseo de la Florida y que sustituyera a la anterior. La nueva Puerta que fue construida en esta ocasión por el arquitecto Francesco Sabatini, quedó terminada en 1775.


Foto de Jean Laurent en 1890, de Urbanity




La Puerta de San Vicente tenía un arco central y dos postigos a sus lados y estaba construida de granito y piedra caliza de Colmenar de Oreja. El arco central estaba flanqueado por dos columnas dóricas en la cara exterior y dos pilastras en la cara inferior. Coronada con un frontispicio triangular en el que remataba un trofeo militar, al igual que en los dos postigos laterales.

En 1890 la puerta fue desmontada para la reordenación del tráfico en la zona y a partir de ese momento la puerta se encuentra en paradero desconocido. Muchas han sido las veces en que se ha intentado encontrar las piezas de la vieja puerta, pero hasta el día de la fecha sigue siendo un misterio el destino de las piedras.

Un artículo en el blog de artemadrid, nos explica que la puerta se desmontó tal vez para llevarla al Paseo de Coches del Parque del Retiro, pero que varias de las piedras de la puerta fueron utilizadas para farolas monumentales en la Plaza de Cibeles. Una buena noticia si fuera cierto que tenemos varias de sus piezas en las farolas que enmarcan el Paseo del Prado desde Cibeles.


En 1994 bajo el mandato del alcalde Jose María Álvarez del Manzano, se empezó a construir la nueva puerta que hoy podemos ver en la actualidad, una réplica exacta bajo la dirección del ingeniero Juan A. de las Heras Azcona y gracias al anteproyecto de Sabatini que se encuentran en los Archivos Nacionales de París y la fantástica foto de Jean Laurent que tomó en el año 1890 antes de su derribo. El 25 de Abril de 1995 y en posición inversa a la original, quedó la puerta reinaugurada.











sábado, 25 de septiembre de 2010

Arco de Cuchilleros



El Arco de Cuchilleros es una de las nueve puertas o entradas a la Plaza Mayor de Madrid y es fruto de salvar el gran desnivel que existía entre la plaza y la Cava de San Miguel. Todos los edificios circundantes a la plaza, tienen los cimientos abovedados.
Fue construido por el arquitecto Juan de Villanueva tras el incendio de la plaza en 1790, momento en que fue cerrada la plaza por un sistema de arcadas y rebajando la altura de las casas para igualarlas a las de la Casa de la Panadería que milagrosamente se salvó de las llamas en ese último incendio. Es decir, que los edificios que podemos ver en la calle Cuchilleros, que ya de por sí nos sorprenden por su altura, tenían todavía dos pisos más que en la actualidad, ya que de ocho, se rebajaron a seis en la reforma de Villanueva.
El nombre le viene porque en las casas adyacentes al Arco, estaba el gremio de cuchilleros y espaderos que suministraban sus productos a la Casa de la Carnicería que se ubica en la plaza.





El Arco, al igual que todos los edificios que rodean la plaza, tienen un gran zócalo de granito y las paredes de sus fachadas gruesos muros de ladrillos, con una pronunciada curvatura que sirve de contención de la Plaza Mayor.




En la zona del Arco, se fueron abriendo bares y mesones típicos del antiguo Madrid, que ha llegado a ser un obligado sitio de interés turístico, estando entre ellos, el restaurante más antiguo del mundo, del que hablaremos en otra ocasión.