Un año después de que el Ayuntamiento de Madrid diera luz verde a que se instalaran supercarteleras en la Plaza de Callao, podemos ver en la plaza las que se instalaron en los Cines Callao y Palacio de la Prensa, y que exhiben pantallas con gran luminancia en sus "escenas encendidas". La verdad es que quedan fantásticas y le dan un aire "Time Square" a la zona de Callao. Esperemos que pronto se extiendan al resto de Gran Vía hacia Plaza de España, dejando nuestra avenida de salas de teatro, cine y espectáculos, en un exponente del 7º arte, el teatro y el musical de Madrid como un modelo a seguir en todo el mundo.
Madrid o Barcelona?
El proyecto EuroVegas no tiene todavía ubicación asegurada en nuestro país. Sheldon Adelson, uno de los hombres más ricos del planeta, el decimosexto exactamente, tiene claro que hará negocio aquí, pero sin decir todavía donde. Un proyecto que parece dar 260.000 puestos de trabajo, siempre y cuando el gobierno le deje saltarse a la torera ciertas leyes. Por ejemplo, como condiciones pide que dejen entrar a los niños (no a jugar claro), que se pueda fumar, que los empleados estén exentos de pagar la seguridad social durante dos años, vamos, que Adelson ha dicho que hará negocio en España, pero con unas ciertas exigencias y condiciones que no serán del agrado de todos. Difícil decisión.
Luego viene la disputa entre Madrid y Cataluña, aunque la capital juega con ventaja, e incluso Esperanza Aguirre ha tenido más de cinco reuniones ya con el magnate, pero no olvidemos que Cataluña tiene una baza que no tiene Madrid, el mar, por donde pasan cruceros con miles de turistas. Más de 17.000 millones de euros será la inversión para este paraíso del juego que todavía no tiene parcela fija y que en un país con tantos parados es caldo de cultivo. Casinos, hoteles, congresos y exposiciones, espectáculos y atracciones, centros de golf, restaurantes, teatros y zonas deportivas. Solamente en Las Vegas del desierto de Nevada pasaron el año pasado más de 39 millones de visitantes y no creo que sea problema para un país que está acostumbrado al juego, como España. Loterías, Once, Bonolotos, bingos, casinos, programas de concursos televisivos, vamos, que nadie a estas alturas creo que le pondrá pegas porque se quiera construir un lugar de ocio y juego tipo Las Vegas y no creo que se escandalice nadie. El problema lo tienen los cinco ministerios a los que les salpica el tema y aunque Esperanza Aguirre lo tiene muy claro, las vistas al mar de los catalanes podría cambiarle todos sus planes. Luego están lo que dicen que el verdadero negocio de Las Vegas son las chicas de compañía que se esconden tras los hoteles, el blanqueo de dinero negro, especulación, destrucción ambiental, ludopatías, prostitución y mafias. Por cierto, yo he estado en Las Vegas, estuve en un precioso hotel, comí en varios restaurantes, vi espectáculos y me divertí en salas de fiesta, visité el cañón del colorado y jugué unas monedas a la ruleta, pero sinceramente no he visto nada de todo eso que dicen, eso sí, todas las noches me preguntaba cuanto pagarían de luz. En fin, que aquí si que hay para todos los gustos y diversidad de opiniones. Pero... quién es el guapo que se atreve a decir NO a un pastel como éste?. Estamos negando el negocio antes de tenerlo sin pensar lo que significaría para nuestro país una inversión de esas características?, estamos en condiciones de negar todos esos puestos de trabajo estando como está el país en estos momentos?, y si no queremos, nos arrepentiremos cuando veamos que se construye en otro país europeo?, es el momento de decidir antes de que sea tarde, pero eso sí, pensando en lo que se hace desde luego. Qué opiniones tenéis al respecto?...
El edificio del siglo XIX que hace esquina con las calles de Orellana y Campoamor, contiene 900 metros cuadrados de fresco al silicato sobre muro de cal. Con esta técnica se asegura la pintura para casi 500 años, no vale pintar sobre lo pintado, habría que picar hasta llegar al ladrillo para hacerla desaparecer. Su autor, Jack Babiloni, es un artista que cuenta con más de 40 premios internacionales en su haber.
La obra del edificio que nos ocupa tiene un nombre, "Todo es Felicidá", que es el conjunto de 68 dibujos realizados en una paleta de cuatro colores (negro, amarillo, azul y ocre) sobre un fondo blanco inmaculado. Textos y dibujos de personajes de las mitologías griega y romana se intercalan entre los balcones, que obligan a hacer una parada a todos los transeúntes que pasan por allí para admirar una fachada por lo menos, original.
El trabajo fue encargado por la propietaria del edificio, Leonor Túfera, cuando se dispuso en 2003 a la rehabilitación del inmueble. Fue a través de una Fundación, cuando el aparejador Luis Cercós propuso decorar la fachada. El artista no hubo que buscarlo muy lejos, fue su propio hermano llamado artísticamente Jack Babiloni. La rehabilitación duró hasta el año 2008 y fue en marzo de ese año cuando Babiloni pintó los dibujos en 24 días. Nosotros nos quedamos con la obra y no entramos en los expedientes sancionadores que surgieron del Ayuntamiento. Unos ven en la obra un simple arte grafitero y otros lo comparan con el estilo de Picasso. El caso es que unos años después sigue la flamante fachada blanca con los dibujos de Babiloni en perfectas condiciones y candidata a llegar a ser con el tiempo una obra de arte valorada y respetada por todos.
El Cubo de Moneo es la ampliación del Museo del Prado, con el que conecta de forma subterránea. El claustro de los Jerónimos fue desmontado piedra a piedra y se llevó a las afueras de la ciudad para su limpieza, mientras que se excavó el solar para un gran hall que uniría el edificio de Villanueva con el nuevo edificio, que taparía el cuadrado que forma el claustro, de ahí su forma de Cubo. El proyecto de Rafaél Moneo fue el elegido para la ampliación de la pinacoteca y se cubre las fachadas con ladrillo rojo. Este proyecto ha tenido duras críticas y no ha sido muy bien aceptado entre los ciudadanos. Un lucernario interior conecta la zona del claustro con los pisos subterráneos donde se alojan diversas salas de exposición, atención al visitante, tiendas y una cafetería. Sin duda alguna, lo mejor del edificio son las puertas de bronce de Cristina Iglesias. Estas puertas consisten en seis elementos, dos de ellos fijos y cuatro móviles que pesan en total 22.000 kilogramos.
Pocas veces se puede ver la Gran Vía como ayer. A excepción de la Noche en Blanco y el día del Orgullo Gay, en pocas ocasiones podemos caminar por una Gran Vía sin tráfico y como si se tratara de un paseo en el Retiro. Ayer fue uno de esos días privilegiados en que los madrileños pudieron caminar y pasear, eso sí... muy apretaditos, por esta calle de Madrid que ya tiene cien años.
Una gran alfombra azul se extendía desde la Plaza de España hasta la esquina en que muere con Alcalá. Es decir, toda la Gran Vía, sus 1.400 metros de longitud, se encontraba totalmente teñida de azul y por esa alfombra desfilaron más de un millón de madrileños y esa cifra la digo yo, sin seguir el consejo de los 40.000 que dio el Ayuntamiento o los 200.000 que dieron otras fuentes. Solo hay que ver las fotos que os traigo, multiplicar 1.400 metros que tiene por el ancho y a eso sumarle los que se encontraban en Plaza de España y en las cientos de calles aledañas, y por si fuera poco, no olvidar que la gente caminaba para arriba y para abajo, es decir, que la gente se iba renovando, con lo cual, la cifra total que podemos obtener es desorbitada y para nada parecida a las fuentes oficiales. Con razón estamos metidos en la crisis que estamos, si los gobernantes hacen las cuentas así...
Desde luego que ayer tuvimos imágenes inolvidables, imágenes para la historia de esta calle y para el recuerdo de todos los madrileños. Era increíble observar desde Plaza de España la Gran Vía, desde las alturas y desde cualquier posición. Me costó sudor y lágrimas atravesar la Red de San Luis, donde era casi imposible ir de un lado para otro. Pero solo por ver lo que estaban viendo mis ojos, mereció la pena.
En la Plaza de Callao se encontraba la tarta de cumpleaños de nuestra calle, 100 años. Todos los asistentes pudieron entonar el cumpleaños feliz en multitud de ocasiones y desde este escenario se pudo ver la coreografía de una canción de moda que, vista desde las alturas como yo lo pude ver, os aseguro que Madrid es un auténtico desastre en esto de bailar al unísono si no se trata de chotís y pasodoble en las Vistillas.
Como una imagen vale más que mil palabras, veamos distintos tramos de la Gran Vía y contemos a la gente virtualmente, solo así podremos hacernos una idea del número de personas que ayer pasearon por esa alfombra azul. Por cierto... un diez para Movistar por esa moqueta a la que no vi ni una sola quemadura, ni roto e incluso a últimas horas del día, quitando las cáscaras de pipas o papeles, no se le notaba el polvo ni la suciedad, fue increíble, pude tirarme en el suelo a descansar sin mancharme el vaquero siquiera. Nunca había estado tirado en la Gran Vía con las vistas de la Torre de Madrid al fondo sin que me atropellara un coche.
Escenario en Plaza de España donde pude ver y oír a los cantantes de Tam Tam Go, La Unión, Nacha Pop, Mercedes Ferrer y Golpes Bajos
Desde ese lugar del escenario, las vistas hasta Callao eran inolvidables e irrepetibles.
Una vez entrada la medianoche y acabados los conciertos, la Gran Vía se convirtió en la verdadera Pradera de San Isidro del siglo XXI.
Si Goya hubiera estado vivo, desde luego que algún cuadro de esta nueva Pradera habría pintado
Para terminar la noche, un castillo de fuegos artificiales muy pobre, ya que los colores y grandes florituras brillaron por su ausencia, aunque por la crisis es perdonable, llenaron el cielo de la Gran Vía, eran las 12'30 de la noche, atrás quedaron aquellas fiestas de San Isidro en las que a las cinco de la mañana seguíamos bailando, pero eso fueron otros tiempos cuando "La Movida" reinaba en la capital y la noche era el centro de reunión de la gente.
Madrid está cambiando su perfil. Atrás quedaron esos tiempos en que las cúpulas y torres de las iglesias dominaban las alturas de la ciudad. Se fueron construyendo los primeros edificios que sobrepasaron a los clásicos palacios y templos religiosos de proporciones monumentales. Primero fueron los edificios de viviendas, cada vez más altos y atrevidos, y en el siglo XX, enormes rascacielos se convertían en los reyes del horizonte y del skyline de Madrid.
CTBA, Cuatro Torres Business Área, nuevo skyline en la zona norte de Madrid
Obelisco o Columna de Calatrava, junto a las torres Kio
Hoy, en pleno siglo XXI, otras construcciones más modernas, roban el liderazgo a los existentes y se convierten en los nuevos amos del diseño y del cielo de la capital. La zona que fue más innovadora en cuanto a construcción de rascacielos, era el complejo de AZCA, pero pronto ha quedado reemplazado por las nuevas tendencias. El día de mañana... conoceremos tal vez, otros monstruos de las alturas y otras formas de construcción, pero mientras... estos son los verdaderos protagonistas del presente arquitectónico de la ciudad. Más adelante, en próximos artículos, nos iremos dedicando a cada uno de ellos. Mientras tanto... os dejo con estas imágenes del nuevo y actual Madrid del siglo XXI.
Nueva vista del horizonte de la capital, con las torres más altas de España
Montaje mío a partir de una foto de Alberto Lunas de Meteored y la torre de Toronto
Que fue de aquel proyecto que Santiago Calatrava presentó en el Ayuntamiento, de una nueva torre de telecomunicaciones con una altura de más de 500 metros?. En 1998 Calatrava se reunió con los técnicos municipales para presentar su maqueta que llevó bien envuelta en un estuche junto a los bocetos para un nuevo pirulí.
La torre tenía a media altura una especie de barco donde estaría el centro de control y hasta una discoteca (a unos 200 metros de altura). A la salida del Ayuntamiento, dijo que aspiraba a hacer la torre más bonita del mundo y que tendría como poco, 500 metros de altura. Con este proyecto, Calatrava dijo que así se podrían quitar todas las antenas parabólicas y el impacto visual tan horrible que causan. El proyecto costaría entre 10.000 y 14.000 millones y tardaría 18 meses en construirse. También dijo que la aguja debería estar en el lugar más alto de Madrid y que seguramente sería cerca a la zona de la Castellana. El ejemplo a seguir, según dijo Calatrava, era la torre de Toronto (549 metros), la cual se ha integrado perfectamente en el entorno de la ciudad, constuyéndose a su alrededor todos los sitios de ocio, congresos y radiotelevisión.
El Ayuntamiento pondría los terrenos para su construcción y sacaría a concurso la adjudicación de las obras y la explotación del nuevo edificio.
Pues bien, todo este proyecto debe de estar guardado en algún cajón del Ayuntamiento a la espera de un momento idóneo para llevarlo a cabo. Os imagináis si la nueva torre estuviera integrada junto a las Cuatro Torres Business Area en la Castellana?