En la Plaza de la Villa se encuentra la Torre y Casas de los Lujanes, y digo bien hablando de casas, porque todo el mundo se refiere siempre como Casa y Torre de los Lujanes, cuando realmente son varias casas.
Situándonos una vez pasado la de Cisneros y atravesando la estrecha calle del cordón (llamada antes, callejón de los Azotados), nos encontramos con la primera de las Casas, que albergó hasta no hace muchos años, la Hemeroteca Municipal. Se trata de una edificación del siglo XVI, con un precioso arco de herradura apuntado mudéjar con puerta de madera.
En su interior se encuentra la preciosa escalera gótica que estuvo en el hospital de La Latina y hasta hace unos años, al lado, en este mismo hall, estuvieron los sepulcros de La Latina y su esposo, verdaderas obras de arte plateresco y que se encuentran actualmente en el Museo Municipal del antiguo Hospicio. La Casa tiene un claustro y un patio con columnas. Los techos son de vigas vistas.Uno de los salones tiene en el techo unas pinturas de estilo pompeyano, que estuvieron durante décadas ocultas por papel pintado.
Pegada a esta, se encuentra la casa en donde vivieron los Lujanes y que contiene adosada la Torre, que alimenta cantidad de anécdotas y leyendas sobre el rey Francisco I de Francia. Este rey fue derrotado por Carlos V en la Batalla de Pavía y según la leyenda, estuvo preso en esta Torre. Pero la realidad parece que fue otra, estando preso solo en el campo de batalla, y que la Torre de los Lujanes no fue más que una mansión hospitalaria que se le brindó durante unos días, mientras que se acomodaban sus habitaciones en Palacio.
El rey vencido, tuvo un gran recibimiento en Madrid y en todos los pueblos y ciudades por donde fue pasando hasta su llegada a la Villa. Se le trató como un gran invitado y fue tratado siempre con gran respeto por sus anfitriones.
Incluso cuentan que el rey francés nunca quiso hacer una reverencia al español por orgullo y Carlos V mandó construir la puerta de pequeña altura a la entrada de la Torre, para que el rey de Francia, el que era bastante alto, tuviera que inclinarse al entrar.
El rey Carlos, entró primero, con lo cual, al entrar el francés inclinándose por la puerta, habría sucumbido al español. Pero el francés fue más listo y en el momento de entrar, por supuesto que tuvo que inclinarse, pero se dio la vuelta y entró de espaldas. Parece que esto le hizo gracia al español que se reía cada vez que recordaba la anécdota, o por lo menos, eso cuenta una de las leyendas. Así que será mejor no investigar en qué año se puede fechar la bonita puerta de herradura de estilo árabe que se encuentra en la Torre por la calle del Codo y por donde supuestamente entró el rey francés, no vaya a ser que tiremos por tierra esa curiosa anécdota entre Reyes.
Puerta en la Torre de Lujanes en la calle del Codo
En 1857 se acuerda una restauración de conservación de la Casa y el resultado fue un auténtico atentado al edificio. Se cubrió toda de revoco y se puso un almenado que se sacaron de la manga, en los altos de la Casa y de la Torre. Esto se ha solucionado en el siglo XX, aunque han desaparecido algunos elementos originales.
En el siglo XXI
La puerta de granito de la Casa, se salvó de aquella restauración y ha llegado hasta nosotros en perfectas condiciones, aunque yo no veo el gótico que dicen todos los libros por ninguna parte, eso sí, la puerta es muy bonita y original. Pero dejemos eso para cuando llegue su artículo cuando visitemos su interior.
La puerta de granito de la Casa, se salvó de aquella restauración y ha llegado hasta nosotros en perfectas condiciones, aunque yo no veo el gótico que dicen todos los libros por ninguna parte, eso sí, la puerta es muy bonita y original. Pero dejemos eso para cuando llegue su artículo cuando visitemos su interior.