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miércoles, 23 de mayo de 2012

Dolmen de Dalí



El Dolmen de Dalí es un conjunto monumental que se encuentra al final de la Avenida de Felipe II, en la única plaza diseñada por Salvador Dalí. El proyecto nació entre Salvador Dalí y Enrique Tierno Galván, alcalde de Madrid en aquella época, ofreciéndole una plaza en la capital del reino, que valiera también en honor a su mujer. Esta impresionante obra de ingeniería y ciencia fue inaugurada el día 17 de julio de 1986,a las 13 horas y 13 minutos. El entonces Alcalde, Juan Barranco, leyó un telegrama del maestro, en el que Dalí compartió su emoción por esta obra con la memoria de Tierno Galván. El conjunto consta de 3 pilares que son diferentes, que sujetan una gran piedra. Delante una escultura de figura humana sobre un pedestal cúbico con una letra en cala lado formando la palabra GALA y un dibujo en el enlosado donde existían catorce rayos negros saliendo del dolmen y círculos de granito expandiéndose por toda la avenida, formando todo el conjunto un todo armónico y significativo. En el año 2002 el Ayuntamiento acordó un nuevo proyecto de remodelación de la zona que ponía fin a esta obra única en el mundo y que supondría la destrucción del monumento. Gracias a los vecinos del barrio, críticos de arte, conocedores de la obra de Dalí, personalidades del mundo de la cultura y apoyados por diversas instituciones, se constituyó la Plataforma Dolmen de Dalí, que más tarde pasarían a denominarse Grupo Dalí, y que consiguieron parar el proyecto después de muchos meses de lucha. No se pudo salvar sin embargo el maravilloso pavimento en forma radial original que diseñó el artista, pero se pudo conservar el dolme y la escultura, juntas en el mismo sitio.





El Dolmen de Dalí representa a una persona en evolución, dentro del cosmos. No a una persona cualquiera, sino a alguien que ya ha conseguido un alto grado de desarrollo.
Esa es la razón de que, a la estatua, se la denomine Homenaje a Newton. Newton aquí es el ejemplo, el modelo, el símbolo, de una persona de conocimiento reconocida por todos. Podría quizás haber sido Einstein, o Buda, o Ghandi ... Newton no es una mala elección, pues cumple algunos requisitos indispensables: genéricamente aceptado como una genio de la humanidad, buscador y conseguidor de conocimiento, y miembro de una gran cadena de personas que le han precedido y le han seguido en su esfuerzo. Esta cadena evolutiva se muestra en la existencia de un dedo de otra persona que ha pasado antes por allí y es superada.

Posee además otras virtudes estéticas y temáticas, como es que su trabajo está lleno de imágenes relativamente sencillas de representar, a su vez muy universales, y que son captadas con facilidad: la manzana, la gravitación, la luz ...

El grado de desarrollo alcanzado está caracterizado por los vacíos de su cuerpo y por la realización de sus obras. Está eviscerado, libre de las tensiones, instintos y tendencias animales, que han conseguido controlar, sublimar, para que no le haga efecto. Sus logros se evidencias en las esferas interna y externa. La esfera es símbolo inequívoco de perfección.
Los elementos que definen el alto desarrollo personal son, entre otros: ha conseguido hacer la esfera interior y exteriormente (coherencia y arte en alto grado); ha superado la animalidad (está eviscerado, sin vísceras, no está anclado en la visceralidad, sino en la mentalidad); su intención y su mira está en los más altos ideales (la cabeza es un huevo, uno de los más antiguos, hermosos y verdaderos símbolos de la divinidad). Sin embargo, aun vive en la tierra y es imperfecto, como se muestra por su cojera (pie derecho roto) y porque continúa caminando. Y no es el único que camina, un dedo gordo de otra persona dice claramente que otros han pasado por allí antes. Y otros vendrán después.






LA COSMOGONÍA DE DALÍ

Una persona de su talla y condición no podría limitarse a un reflejo emocional, personal, pegado a esta vida, que dejase un regusto sentimental. Eso, por supuesto, debía estar ahí, como si dijéramos el Dalí humano. No hay por qué negarlo ni obviarlo, pero de Salvador Dalí se espera mucho más, y nunca defrauda.
Era necesario dejar constancia de su visión del mundo, del cosmos, del universo, de la vida. Una tarea ardua, impensable para la mayoría; un deber para los genios, ésos que, como decía Eliphas Leví, “difieren de los simples videntes por la facultad que poseen de hacer sentir a los demás hombres lo que ellos ven y hacerse creer por entusiasmo y por simpatía”.

Su cosmogonía está animada por los principios emanativo y evolutivo, tanto en lo físico como en lo mental, emocional y espiritual. El caos primordial, etéreo, representado por la piedra superior del dolmen, baja por los pilares de la manifestación hasta la realidad sustancial del suelo. Desde ahí se expande por el universo físico, en un big bang cósmico –los rayos y círculos-. De esa materia prima se concretan, primero los minerales –el cubo-, y pasando por el reino animal –esa pierna/aleta/anca-, se llega a la humanidad.
Por fin, la persona sigue caminando, evolucionando, a pesar de sus limitaciones –el pie partido-. Su trabajo tiene recompensa –las esferas-, y consigue un estado de consciencia de unión con la divinidad, representada por la cabeza en forma de Huevo, símbolo universal del Absoluto Creativo.








SURREALISMO, SEXO Y MUERTE

La proyección psicoanalítica y la realidad subjetiva que se muestra, son dos características del arte investigador surrealista. Aun quedan otras facetas que remarcan esta condición, relativas a la sexualidad y a la muerte.
Son particularmente las sombras del dolmen a la luz de la mañana las que más destacan el aspecto freudiano. Respecto a la figura humana como ego, el dolmen es el superego, el ego de valores. Representa por tanto la figura del padre. El perfil del dolmen es claramente fálico, pero se hace más evidente observando la sombra que proyecta sobre la estatua, un gran pene que cubre y camufla el negro de la estatua y su pedestal.

A nivel estructural, considerando la planta del monumento, el arco formado por la C/ Antonia Mercé hace las veces de sexo femenino, una vulva que se prolonga en la vagina que es la Avda. de Felipe II, con las que la sombra del dolmen-falo se une a diario, en un acto continuo de amor, del que nace la figura humana resplandeciente al anochecer.
La presencia de la muerte es asimismo relevante. El dolmen es una estructura paleolítica de enterramiento, y su importancia es tal que, para que no haya ninguna duda, Dalí lo eligió como nombre de toda la obra. Es lo que define la posición y la orientación de todo el resto de elementos, por lo tanto puede entenderse que quiso construir una estructura funeraria, su propio mausoleo.
Nada más acorde que situar en ella la tumba de Gala, y disponerse él mismo a morir, avanzando confiado hacia la puesta del sol.
El número 13, el del Arcano de la Muerte del Tarot, es también un tema repetitivo en esta obra: Altura del dolmen 13 m. 13 cm., peso 230,13 Tm ... Pero el 13 no es muerte, sino el cambio de conciencia, el renacimiento continuo que permite evolucionar a través de las formas, la regeneración. Esto se remarca por los símbolos de movimiento: la estatua andante, los círculos y rayos en expansión hacia adelante, el ciclo solar que vuelve a diario y año a año.






TIEMPO Y LUZ; ESPACIO Y SÍMBOLOS

El tiempo fue una de las grandes obsesiones o pasiones del artista, uno de los misterios que buscó comprender. El tiempo está íntimamente ligado al movimiento
Para percibir el tiempo, hemos de notar el movimiento en el espacio. Para notar el movimiento, requerimos la luz, y ciertos puntos de referencia.
En esta obra, el movimiento es una constante. Todo es cambio, parece decirnos, en consonancia con lo expuesto anteriormente de su visión evolutiva, que igualmente precisa transformaciones a lo largo del tiempo.
Las esferas están sostenidas por hilos que deben ser imperceptibles, lo cual significa que están cayendo. La figura humana está caminando. Los círculos y los rayos se expanden. Las circunferencias completas se mueven por una órbita. El pilar trasero del dolmen se inclina hacia delante; el perfil de la piedra superior se afila hacia occidente.
Y el Sol. ¿Qué sería de esta maravilla sin el Sol? Apenas nada. Métanla entre cuatro paredes, y desaparecerá gran parte de su encanto y su misterio.
En efecto, es un gran reloj de sol, de connotaciones astronómicas. En el suelo, los rayos oblicuos más occidentales son los que corresponden a las sombras matutinas del dolmen en el solsticio de verano y en el solsticio de invierno.
Son dignas de observar las sombras conjuntadas estatua-dolmen, hacia occidente y hacia oriente.


TODO SE INICIA EN UN PUNTO

No debemos dejarnos llevar por las apariencias.

El elemento fundamental de la Plaza no es la estatua, ni siquiera el dolmen. La clave del conjunto es el punto emanativo del que surgen todas las cosas, y de qué forma surgen. Desde el centro situado en la intersección de C/ Antonia Mercé con Av. Felipe II, se expanden rayos y círculos, onda y corpúsculo, la doble naturaleza de la luz.

El cosmos en expansión desde un Big-Bang.
Sobre ese baricentro -centro de gravedad- se erige el dolmen, que explica y desarrolla ese punto origen: La Unidad y sus Tres aspectos. Los hace evidentes, comprensibles.
Es sobre el tercer círculo que se erige la estatua, recordando la posición del planeta Tierra. Ahí se levanta la Humanidad, desde el cubo mineral al huevo místico, pasando por los distintos estadios evolutivos. Y avanzando, en una cadena infinita de pasos que se suceden.
Pero la expansión del foco no es simétrica. También tiene movimiento, refuerza en sí mismo el avance Este-Oeste. Las asimetrías, las tangentes, los rayos duplicados, así lo indican. La tesis es sencilla y verdadera: el Sol también evoluciona.
El suelo de la Plaza y sus alrededores están llenos de detalles que han de ser estudiados, porque las dimensiones, los ángulos, las medidas, tienen una importancia inaudita.
No en vano son obra de Salvador Dalí. Así lo atestigua la inscripción, precisamente en la losa central: "Plaza de Salvador Dalí 1986", firmada por su autor.






Fuente: Plaza de Dalí
Fotos: Bélok

sábado, 24 de abril de 2010

Iglesia de San Francisco de Borja




La iglesia de San Francisco de Borja, se encuentra en la calle Serrano de Madrid. Fue construida según el proyecto de Francisco de Asís Fort entre 1946 y 1950, siendo inaugurada en 1965. El edificio hace un conjunto junto a la Casa Madre de la Compañía de Jesús, lugar donde el presidente del Gobierno, el almirante Carrero Blanco, tuvo el atentado de ETA. La explosión envió el coche hasta la azotea de esta iglesia. En la calle de Claudio Coello, una placa conmemorativa en la pared, recuerda el atentado.

Según se mira al altar, el palco de la izquierda, estaba reservado por Franco para su familia, además se comentaba en la época, que Franco ayudaba económicamente al sustento de esta iglesia.





Esta iglesia nunca pasaba el cesto para las limosnas y creo que hoy en día, sigue con esa tradición. Los restos del padre jesuita José María Rubio, conocido como el Apóstol de Madrid, descansan en este edificio. La iglesia es propiedad de los jesuitas.




La fachada en su primer cuerpo inferior, tiene tres arcos de medio punto, con una escalinata que lleva hasta ellos desde la verja de entrada. Una vez pasado los arcos nos encontramos en el atrio.
Por encima de los arcos, tres balcones con dintel, enmarcados por cuatro columnas jónicas.
El segundo cuerpo consta de otra cuatro columnas, en este caso dóricas, que enmarcan una ventana. A ambos lados, dos hornacinas donde se encuentran dos esculturas, por encima de las hornacinas, dos escudos y un relieve. El tercer cuerpo contiene un frontón con un vano hornacina donde se aloja la escultura del titular del templo. Rematando la fachada a unos metros de distancia hacia adelante, dos torres gemelas . Nos llamará la atención de la increíble altura de este edificio.


interior de la iglesia




vista del crucero y la cúpula sobre pechinas



el altar mayor carece de retablo, estando ocupado por un cristo crucificado



Portada en la calle de Claudio Coello de la Casa Madre



Patio central del edificio
















Altar en donde están los restos de San José María Rubio




















vista del atrio en la entrada a la iglesia



fachada de la iglesia en la calle Serrano



miércoles, 21 de abril de 2010

Palacio de Amboage (Embajada de Italia)



El Palacio de Amboage fue construido entre 1914 y 1917 por el arquitecto Joaquín Rojí Lopez-Calvo, para los marqueses de Amboage en pleno barrio de Salamanca en Madrid. El marqués de Amboage era inmensamente rico y con un título de nobleza concedido por el mismísimo Vaticano.
El palacio ocupa toda una manzana que comprende las calles de Lagasca, Padilla, Velázquez y Juan Bravo.





Con influencia francesa, mezclando detalles en estilo rococó con elementos neobarrocos, obtuvo el premio del Ayuntamiento de Madrid a la mejor construcción en 1918, y contar como anécdota que durante la Guerra Civil, dicho Ayuntamiento estuvo un tiempo alojado en este edificio. Es uno de los palacetes más grandes de Madrid y un precioso edificio que cualquiera le podría situar en otra época anterior a la que fue construido.

Detalle de la fachada principal en la calle de Juan Bravo



Fachada en la calle de Velázquez


La Embajada de Italia se encontraba en el Palacio del Duque de Abrantes (del que hablaremos en otro momento) y en 1940 el Palacio de los marqueses de Amboage, lo compró el Estado Italiano para su sede diplomática en España. La Embajada alberga numerosas obras de arte en su interior, con donaciones temporales donadas por la Galería Nacional de Roma, el Museo Nacional de Roma, el Museo de Nápoles, la Galería Uffizi de Florencia y otras obras propiedad del Ministerio de Asuntos Exteriores de Madrid. Entre las obras de arte que aloja, podemos destacar los cuadros italianos del siglo XVII, de la escuela de Nápoles y la de Parma. Pintura flamenca de los siglos XVII y XVIII, y una escultura de Mariano Benlliure que representa a la bailaora Pastora Imperio.

Fuente de esta foto: Web de la Embajada de Italia
fachada en el jardín




El día que asista a alguna de sus fiestas en el jardín, prometo enseñaros nuevas fotos.