La Ermita de la Virgen del Puerto está situada en lo que fue el soto del Parque del Palacio, más tarde llamado Paseo Nuevo de la Corte, hoy día Paseo de la Virgen del Puerto. Fue fundada el 8 de marzo de 1725 por parte de don Francisco Antonio de Salcedo, Marqués de Vadillo, Corregidor de Madrid y Consejero de Indias. Cuando el Marqués de Vadillo presidió el Ayuntamiento de Madrid, arregló la zona de los Campos de la Tela y del Moro, mandando allí edificar una ermita dedicada a la patrona de su localidad de origen, Plasencia, municipio de la provincia de Cáceres, por la mucha devoción que le profesaba. Con anterioridad la imagen de la Virgen había estado venerándose en el Colegio Imperial desde 1718. El Marqués fundó allí unas escuelas para enseñar a los niños pobres de la zona, habitada principalmente por lavanderas. El Marqués de Vadillo ya había realizado otras obras importantes durante su mandato, como el Cuartel de Conde-Duque y el Puente de Toledo, siendo el artista que efectuó estos trabajos Pedro de Ribera, autor también de este pequeño templo, al que supo dar una cierta magnificencia a la obra, unificando la ermita y sus alrededores. Su concepción se basó en las ermitas del Buen Retiro. Siguió el modelo de los Austrias en la fachada flanqueada por dos torres coronadas por los madrileños chapiteles. La nota más dinámica es la cúpula ochavada enmarcada por torres.
En su interior dispuso un ordenamiento muy borbónico, no hay que olvidar que el edificio se construyó durante el reinado de Felipe V, con un ordenamiento centralizado, con sección longitudinal dentro de una planta octogonal. A los lados dispuso cuatro medias elipses, la del fondo correspondiente al presbiterio, detrás del cual hay un camarín. La altura hizo que hubiese unos grandes machones que sostienen la cúpula, la cual está constituida por fuertes nervios que se unen en ángulo y enlazan a través de un juego de molduras. El espacio centralizado del edificio es una continuación de lo que se había realizado en Europa durante el Renacimiento. Los modelos usados por Pedro de Ribera son los de Borromini.
El edificio se inauguró el 10 de septiembre de 1718 y al poco tiempo vinieron a descansar aquí los restos del fundador, el cual falleció en 1729. Durante el reinado de Fernando VI se hizo el Camino Alto de la Virgen del Puerto, para salvar el desnivel se construyó una doble escalinata.
Al principio del siglo XX se cambiaron las pizarras de la cúpula por impropias planchas de cinc y en 1936 la ermita fue asaltada, perdiéndose todos los retablos e imágenes que formaban un todo con la estructura arquitectónica. Se la reconstruyó y restauró en 1945 por parte del arquitecto Mendoza, autor de la canalización del Manzanares. Con posterioridad se la volvió a restaurar, eliminando los revocos de las fachadas, dejando al aire libre la sillería y el ladrillo. Aparte se le habían devuelto las tradicionales cubiertas de pizarra. En la actualidad se han reconstruido los retablos, el de la Capilla Mayor en el año 2000 y los de las capillas laterales hace seis años.
En el exterior una sencilla fachada que se encuentra enmarcada por dos torres, que se hallan constituidas por tres cuerpos, siendo el superior el de las campanas, rematadas por sencillos chapiteles. La portada es simple. La puerta es adintelada, enmarcada por una simple moldura. Más interesantes son los óvalos-ventanas de los lados que dan una cierta animación a todo el conjunto. A la vez que los balcones que se ubican en todo el espacio, destinados para que los patronos asistiesen desde ellos a los festejos que se celebraban en septiembre en los alrededores del templo, en honor a la Virgen del Puerto, conocida popularmente como "La Melonera".
portada de la ermita con las puertas adinteladas
Interior de la ermita
La ermita de la Virgen del Puerto es en su interior un hermoso edificio de estilo barroco, construido en la época borbónica dentro de la estética peculiar madrileña. Tiene una planta de cruz griega, con dos capillas semicirculares a los lados, y tuvo otras dos independientes de planta ovalada junto al presbiterio. El arco triunfal de la capilla mayor y los arcos de las laterales son de medio punto. El edificio está sustentado por pilastras, que sustentan una cornisa sujetada por canecillos o ménsulas. En los machones se abren balcones y en los arranques de la cúpula se sitúan grandes medallones decorados con jarrones y azucenas, símbolos de la pureza virginal de María. Se cubre por medio de bóvedas elípticas en las zonas laterales, mientras que en el centro hay una gran cúpula de planta ochavada, el elemento más destacado de todo el conjunto.
Cúpula
Interior de la cúpula
La Capilla Mayor se encuentra dentro de un espacio semicircular, con un retablo moderno imitando modelos barrocos, con columnas que sustentan el entablamento. En su centro se halla una bonita escultura de la Virgen del Puerto, réplica de Víctor González Gil, de la que se venera en su ermita placentina. Nos muestra a María dando el pecho al Niño, en un bello conjunto.
Capilla Mayor
Escultura de la Virgen del Puerto
En el espacio semicircular del lado de la epístola, en un sencillo altar de imitación barroca, se encuentra una escultura de Nuestra Señora de Sopetrán
Imagen de Nuestra Señora de Sopetrán
En el lado del Evangelio hay otro retablo similar que contiene una escultura copia del Santísimo Cristo de Lepanto, obra de talleres catalanes de mediados del siglo XX, traído a la ermita a mediados del XX, siendo copia del que se venera en su capilla de la Catedral de Barcelona. También hay una talla de San Calixto Papa, la cual fue realizada en 1969, y donada a la ermita por la Asociación de Antiguos Alumnos del Colegio de Huérfanos de la Constancia, localizado en Plasencia, lugar de donde es patrona la Virgen del Puerto.
Retablo del Santísimo Cristo de Lepanto
Imagen de San Calixto Papa, realizada en 1969
En el atrio se encuentra el escudo del Marqués de Vadillo y en el interior el sepulcro donde descansan sus restos
Gran trabajo el tuyo, como siempre, completo y documentado, muy buneo. Un abrazo.
ResponderEliminarHola Bélok:
ResponderEliminar¡Qué belleza de fotografías! El edificio se merecía un reportaje tan completo y documentado como el que nos has ofrecido. Ahora que ha sido restaurado, luce esplendoroso. Tus fotos lo hacen aún más fascinante...
Un abrazo, Jesús
Prometeo, muchas gracias por el piropo, esta ermita me encanta y por eso me esmero un poco más que otros artículos. Uno siempre tiene sus predilecciones.
ResponderEliminarHola Jesús, Voy a creerme que soy un gran fotógrafo y nada más lejos de la realidad, ya que soy un simple y vulgar aficionado. Es verdad, luce esplendoroso, pero es una lástima que no llegara nada original hasta nosotros, en el 36 se quemó todo quedando alguna pared y parte de la cúpula, lo demás desapareció para siempre, incluidos los retablos y las imágenes. En fin, más de lo mismo.
ResponderEliminarhola Bélok,
ResponderEliminarEspléndido reportaje y fotografías. Vaya interior más sorprendente. Se nota que te gusta especialmente. Enhorabuena.
Un abrazo
Magnífica disección de la ermita y su historia, Bélok y qué suerte tuviste, dicen que no es nada fácil encontrarla abierta.
ResponderEliminar¡Ah! y plantéate lo de fotógrafo arquitectónico pues tu ojo derecho ve unos encuadres pero que muy buenos.
Hola belok. Precioso post de un lugar precioso. Aunque, como dices, nada original haya llegado hasta nosotros.
ResponderEliminarHace poco estuve haciendo fotos, pero lamentablemente en el interior habia oficio religioso, y me tuve que contentar con los exteriores.
Gracias por el post y un abrazo.
Muy interesante el blog.
ResponderEliminarHe tratado de suscribirme vía mail, pero no me sale en enlace cuando me llega a mi correo.
Un saludo.
me case en esta ermita hace 50 años aunque antes estaba mas deteriorada siempre me ha parecido que tiene un encanto especial
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