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jueves, 28 de octubre de 2010
Oratorio del Santo Cristo del Olivar
El Oratorio del Santo Cristo del Olivar encierra dos verdaderas obras de arte que muchos madrileños desconocen. Se trata del Cristo del Olivar, obra de Manuel Pereira, y la Virgen del Rosario, obra de Luis Salvador Carmona.
El primitivo templo fue construido en 1647 por Don Manuel Aguiar, para que en él se estableciese y se creara la Real Congregación de los Indignos Esclavos del Santísimo Sacramento, fundada en 1608 en el convento de Trinitarios Descalzos. A esta congregación pertenecieron personajes ilustres como Miguel de Cervantes, Lope de Vega, Calderón de la Barca o Quevedo. Esta cofradía se creó por el hecho de que habiendo profanado unas Sagradas Formas unos herejes en un templo católico de Londres, se reunieron en Madrid en 1607 varias personas piadosas, con el propósito de formar una hermandad de desagravio, a la que el monarca Felipe III, puso bajo su protección y en la formación de la cual tuvo gran parte el Beato Simón de Rojas. En un principio se establecieron en la Trinidad Descalza, hasta que en 1615 pasaron al convento del Espíritu Santo y dos años después a la Magdalena, comprando más tarde el terreno que hoy ocupa en la calle de Cañizares.
La iglesia es de estilo barroco, realizada en la segunda mitad del siglo XVII, aunque se rehizo a principios del XX. La fachada es de piedra, ladrillo y revoco, en sus elementos decorativos, con enmarcamiento de vanos y líneas estructurales. De corte herreriano, imita la arquitectura religiosa madrileña del primer tercio del siglo XVII. Se estructura mediante un esbelto cuerpo central, entre dos más cortos laterales. El acceso se organiza a través de una gran portada compuesta de dos arcos superpuestos. El inferior, de ingreso, está culminado por un friso cuyas metopas se decoran con los símbolos de la esclavitud. Sobre éste luce una gran vidriera con el tema de Cristo Eucarístico, enmarcada por un gran arco con dos pilastras de orden compuesto a cada lado, rematadas en pináculos estilizados. Culmina este cuerpo por un frontón triangular, en cuyo vértice se erige una espadaña con un vano de inspiración clasicista, rematada por una cruz de forja. En los cuerpos laterales, se abren dos vanos que acceden al interior, en los que en su parte superior están dispuestos dos vanos de medio punto que alojan vidrieras sin representación figurativa. Estos cuerpos y las vertientes del frontón se culminan en pináculos de orden ecléctico.
Interior del templo
El interior del templo es de tres naves, separadas por pilares con capiteles de orden compuesto y que apean arcos de medio punto, crucero poco marcado y cúpula sobre pechinas que se ornan con cuatro escudos que aluden a la Real Congregación fundadora del Oratorio. En una pechina aparece una custodia, símbolo que conmemora la profanación sacrílega y que motivó la fundación de la Hermandad. La nave central se cubre con bóveda de cañón con lunetos y las laterales con bóvedas de arista. El testero es plano con dos capillas laterales a los lados y en el crucero se eleva una cúpula sobre pechinas. El coro se eleva a los pies y el templo se ilumina con ventanas con forma de vanos termales.
El templo se cubre con una bóveda de cañón con lunetos
Vista de la nave central, crucero y presbiterio
Todas las obras de escultura y retablos de la iglesia, excepto las dos comentadas, son contemporáneas, por haber sido destruidas íntegramente todas las anteriores en la Guerra Civil de 1936 (más de lo mismo).
En el presbiterio destaca el gran retablo mayor, de madera, que aunque se halla sin policromar, no por ello deja de producir un ambiente cálido en el sagrado recinto. El retablo consta de dos cuerpos y ático. El primero se orna con una serie de molduras doradas.
En el segundo pende el Cristo en la cruz, Titular del Oratorio, entre dos columnas corintias que lo enmarcan y a las que flanquean sendas cruces dominicas. Sin duda la pieza más importante del conjunto es esta admirable escultura del Crucificado, que da nombre al templo y que realizó Manuel Pereira en 1647.
Cristo del Olivar, obra de Manuel Pereira de 1647
El nombre del Olivar le viene a esta imagen, porque en la zona en la que se encontraba en el siglo XVI había un olivar,que separaba el barrio de San Sebastián de la Judería del Avapiés, situada junto a la iglesia de San Lorenzo. En el centro del olivar había una pequeña ermita dedicada a un Cristo crucificado, llamado de la Oliva y que tuvo amplio culto por parte de la vecindad de la zona.
Esta veneración no agradaba a los judíos, que según la leyenda incendiaron la ermita y profanaron la talla del Cristo. Ante este hecho sacrílego, el rey Felipe II, en cuyo reinado aconteció el suceso, ordenó reconstruir la ermita y restaurar la sagrada imagen, después de castigar a los culpables de la profanación. En el año 1607 esta imagen fue entregada a la Orden de Predicadores, que la veneraron en su iglesia, sustituyéndola más tarde por la talla actual, que realizó el escultor portugués y que es similar a la del Cristo de Lozoya de la Catedral de Segovia. Pereira también ejecutó una Virgen y un San Juan, que componían con el Cristo un hermoso Calvario, pero ambas fueron destruidas en la guerra del 36.
La talla del Cristo del Olivar es una bella escultura, con un modelado perfecto y un excelente cuidado en el tratamiento y descripción de su anatomía. Durante mucho tiempo estuvo en un altar lateral, pero ahora se encuentra en el presbiterio, situación que le corresponde, pero que dificulta mucho su apreciación artística.
Junto al presbiterio, en el lado de la epístola, se abre una pequeña capilla con un altar compuesto de columnas corintias que sustentan un frontón curvo partido y que alojan una suntuosa hornacina, que se orla con 15 medallones en bronce dorado, en los cuales figuran las representaciones en relieve de los 15 Misterios del Rosario. En medio de ellos sobresale por su espectacular y serena belleza la escultura de Nuestra Señora del Rosario que, con la del Cristo del altar mayor, constituyen las dos joyas artísticas de la iglesia.
La imagen de esta Virgen procede del convento de Santo Tomás, que estaba situado en la calle de Atocha, donde hoy se encuentra la iglesia de Santa Cruz. Cuando se derribó el convento en 1889, los religiosos se trasladaron al Oratorio del Santo Cristo del Olivar, que son los que lo administran hasta la fecha.
El autor de la escultura es Luis Salvador Carmona y la realizó hacia 1760. Es una talla de madera policromada. La peana está compuesta por ángeles, serafines y nubes, formando un sólido bloque escultórico sobre el que se eleva María, sedente, en un trono de brazos curvos y amplio respaldo, imitando un sillón nobiliario del siglo XVIII. La Virgen sostiene al Niño en brazos y ambos portan un rosario, al igual que dos ángeles de la peana. La Virgen viste túnica roja, ceñida por un cinturón dorado y se envuelve en un manto azul, sujetado en el pecho por un gran broche de oro. Tanto la Virgen como el Niño, están coronados por una gran corona.
Virgen del Rosario, obra de Luis Salvador Carmona
Son realmente unas esculturas hermosas y una iglesia majestuosa. Increíble que teniéndola en pleno centro no sea tan conocida. Uno diría que al entrar viaja a Andalucía, con sus bellas iglesias barrocas.
ResponderEliminarPor cierto, hace mucho que te colgué en mi blogroll pero no me pasaba a ver lo que hacías. Me encanta.
Gracias por tu entrada y por la amplia explicación. Un abrazo!
¿Y dónde está situado?
ResponderEliminarMe ocurre , a veces, que visito tu blog y desconozco la ubicación de los sitios que muestras.
Felicidades por tu blog. Soy visitante asidua.
Saludos y muchas gracias.
LA IGLESIA ES MUY BONITA.ME TRAE RECUERDOS DE CUANDO YO VIVIA EN MADRID,YA QUE IBA ALLI TODOS LOS DIAS,LA DESCUBRI PORQUE ASISTI A LA BODA DE MI PRIMA KETTY Q.E.P.D Y ENCONTRE TANTA PAZ,LA ENCONTRÉ TAN RECOJIDA, QUE INVITABA A LA MEDITACIÓN, MUCHAS GRACIAS POR ESTE RECUERDO TAN BONITO QUE ME HA TRAIDO EL BLOG BELOK UN SALUDO JUANY
ResponderEliminarBea, es verdad que es un templo muy desconocido y aprovecho para darte las gracias por colocar mi enlace en tu blog. El tuyo está también en el mío.
ResponderEliminarDoña Umé, el templo está en la calle Cañizares, una boca calle que sale de la calle de Atocha justo enfrente de la iglesia de San Sebastian, en el barrio de Huertas.
Anónimo, gracias a tí también y reconocerte que efectivamente invita a la meditación, un templo precioso y poco conocido.
Es precioso el tempo esta en la calle cañizares
ResponderEliminarlamento no coger las fotos. para enseñarlas a persona
ResponderEliminarmayores que no pueden llegar a tan bonita iglesia.
quisiera pinchar las fotos y guardar en mi pagina.
maria y soledad
lamento no coger las fotos. para enseñarlas a persona
ResponderEliminarmayores que no pueden llegar a tan bonita iglesia.
quisiera pinchar las fotos y guardar en mi pagina.
maria y soledad
tengo una duda, como es que los judios profanaron el cristo si estos fueron expulsados de España por los Reyes Catolicos en 1492??? Gracias
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