La Iglesia de Santa María la Real de Montserrat podía haber sido uno de los mayores y más espectaculares templos de Madrid si no hubiera quedado inacabado su proyecto. Pero hagamos un poco de historia.
Proyecto de la iglesia de Monserrat con dos torres y cúpula
En 1640 fueron expulsados de Cataluña los monjes Benedictinos de Montserrat y a su llegada a Madrid, Felipe IV ordena construir un Monasterio para ellos que se llamaría de Montserrat. El templo comenzó a construirse en 1668 por el arquitecto Sebastian Herrera Barnuevo, que moriría tres años después, haciéndose cargo del proyecto Gaspar de la Peña, que dejó el templo a medias de su construcción. Estaba la nave central hasta el crucero, el cual nunca se llegaría a levantar, por lo que ni se construirían los transeptos, ni la girola o cabecera y mucho menos la gran cúpula que coronaría el edificio. El templo quedó interrumpido en 1716, estando a la mitad de su proceso constructivo. En 1720, Pedro de Ribera retomaría el proyecto.
Imaginad como hubiera sido esa cúpula
Pedro de Ribera respetó fielmente el proyecto de Herrera, pero eso sí... dotó al edificio de su peculiar estilo riberiano. Enmarcó las puertas y ventanas con sus característicos ornamentos barrocos, dotando al templo de una bella portada barroca y la magnífica y hermosa torre, sellando el edificio con su inequívoco estilo.
Portada barroca a la entrada de la iglesia. Proyectada por Ribera y realizada por Francisco Carretero.
Encima de la portada, un escudo, obra de Jacobo Vázquez y encima del escudo, una hornacina con la imagen de San Benito, fundador de la Orden, obra del siglo XVIII
Ornamentación típica de Ribera en sus portadas barrocas. El precioso escudo de Jacobo Vázquez
Detalle de las ventanas
Su gran aportación al templo fue, la maravillosa y distinta torre de todas las que existen en Madrid. Hasta este momento existía un sencillo campanario donde todas las noches al atardecer, replicaban sus campanas en honor del rey que les construyó el templo, por ser la hora en que comunicaron a los monjes la muerte de su benefactor, ese campanario popularmente se le llamaba "montserrático".
Torre barroca de Pedro de Ribera
Detalle de los ornamentos barrocos en la torre
Vista de la torre de Montserrat desde la calle de Quiñones
Podemos ver la diferencia del sencillo proyecto de Herrera, mirando la única ventana que Ribera no decoró, justo en la fachada, encima de la puerta por debajo de frontispicio y luego mirando las demás. Ribera empezó a construir las dos torres, construyendo primero la base de la torre sur y después la base de la torre norte, siguió la torre completa sur y sin embargo la norte, se quedó en el primer cuerpo. No tengo más datos del motivo, aunque se especula siempre con el más fácil, que fuera por falta de dinero, pero podría haber sido también porque al estar el templo en una calle con una pendiente tan pronunciada, la fachada con dos torres hubiera quedado visualmente muy desproporcionada, optando así solo por una torre. Pero como el templo tampoco se acabó y se quedó a menos de la mitad, seguramente el motivo real por el que no se finalizara el templo entero, fuera el económico (pensando eso, nunca nos equivocaremos).
La torre, toda decorada con ornamentos típicos de Ribera, por encima de la base tiene cuatro ventanas con arco de medio punto, una por cada lado y franqueada por estípetes, como era normal en Ribera. La cima es de pizarra con chapitel en forma de bulbo de estilo oriental, coronado por la bola del mundo y una cruz.
Vista de la torre desde la calle San Bernardo
Lo único que podemos contemplar en la actualidad es la nave central con sus capillas hasta donde estaría el crucero. Lo que no podemos contemplar como hemos comentado antes, es la cabecera y parte de las naves que tendrían cuatro capillas laterales más y la inmensa cúpula encima del crucero.
Veamos en una imagen del google earth como falta la mayor parte de lo que tuvo que ser la iglesia y podemos observar también, la capilla mayor que se construyó en su última restauración hace pocos años, aprovechando los enormes pilares de piedra que ya estaban construidos para alojar la gran cúpula. En su lugar, se construyó un patio o jardín. Ribera cerró y tabicó la nave provisionalmente para que pudiera tener culto la iglesia y así ha permanecido hasta nuestros días (yo siempre digo que lo provisional es sinónimo de para siempre).
Vista aérea de la iglesia inacabada de Montserrat. Falta una torre, la nave del crucero, la cabecera y la grandísima cúpula encima del crucero. En su lugar un jardín.
En 1842, con la expulsión de los religiosos, el edificio se convertiría en cárcel de mujeres, la que se llamó "Casa Galera" o "La Galera". A principios del siglo XX, la iglesia fue devuelta a los monjes Benedictinos y se estableció un priorato dependiente de la abadía de Santo Domingo de Silos en 1923. En la guerra de 1936 la iglesia se convirtió en salón de baile, otra de las atrocidades que ha soportado este templo, y tras la guerra, una vez que se trasladó la cárcel de mujeres y de que lo ocuparan unas monjas, el monasterio completo volvió a manos de los monjes que seguirían dependiendo de Silos. La iglesia estuvo a punto de ser demolida, pero gracias a la torre de Pedro de Ribera, se encargó un informe a Bellas Artes de San Fernando y fue declarada Monumento Nacional en 1914. Incluso hubo proyectos en los años veinte para acabar su construcción original, pero otra vez por falta de dinero, no se hizo, pero se autorizó a su restauración.
Vista de la fachada del convento en la calle de Quiñones. Fue la "Galera", cárcel de mujeres
El interior de la iglesia está totalmente restaurado y dentro del templo, si miras alrededor, todo queda desproporcinado, los espacios no tienen sentido. Los arcos de la nave son monumentales, muy altos, pensemos que el templo original hubiera sido monumental, pero al estar inacabado, la sensación es rara al ver que la nave se corta en seco, sin continuación de crucero y cabecera. Pero si le echamos imaginación, es fácil de vislumbrar la grandiosidad de este templo si se hubiera completado según el proyecto original.
Interior de la iglesia
Pintura de San Benito entregando la regla a la Virgen, en presencia de los Santos Mauro y Plácido, una pieza italiana del siglo XVIII. A ambos lados, las rejas del coro del convento
Vista de los frescos de la bóveda
Las rejas de los balcones son de Francisco Fernández, del siglo XVIII, y las pinturas de la bóveda de la escuela madrileña del siglo XVII
El altar mayor lo preside una imagen de la Virgen de Montserrat, obra de Pereira y en la actualidad se ha puesto una sillería de coro de nogal, obra del siglo XVII, procedente de la localidad palentina de San Salvador del Moral.
En el altar mayor, la imagen de la Virgen de Montserrat, obra de Manuel Pereira. Sillería del Coro del siglo XVII, procedente de la localidad palentina de San Salvador del Moral
capilla de Santo Domingo de Silos, con la lápida del comendador de la Orden de Calatrava, don Luis de Salazar, que falleció en 1734
La redención de cautivos, de la escuela madrileña del siglo XVII (muy restaurado)
nave del Evangelio con un gran lienzo del Apoteósis de San José, obra de Luis de San Martín
nave de la Epístola, con el gran lienzo del Tránsito de San Benito, obra de Luis de San Martín de 1942
imagen de San José, obra de Roberto Font de 1929
talla del Cristo de Burgos con los típicos huevos de avestruz debajo, muy venerado por lo benedictinos, del siglo XVIII, obra de los Talleres populares burgaleses
El otro día cuando estuve haciendo las fotos para este artículo, estaban dando misa y los monjes cantando gregoriano.
Vista de la torre de Montserrat desde la Plaza de las Comendadoras.
Haced un ejercicio mental e imaginaros esta vista con la otra torre y la inmensa cúpula sobresaliendo por entre las torres. Verdad que sería impresionante?