Pocas veces se puede ver la Gran Vía como ayer. A excepción de la Noche en Blanco y el día del Orgullo Gay, en pocas ocasiones podemos caminar por una Gran Vía sin tráfico y como si se tratara de un paseo en el Retiro. Ayer fue uno de esos días privilegiados en que los madrileños pudieron caminar y pasear, eso sí... muy apretaditos, por esta calle de Madrid que ya tiene cien años.
Una gran alfombra azul se extendía desde la Plaza de España hasta la esquina en que muere con Alcalá. Es decir, toda la Gran Vía, sus 1.400 metros de longitud, se encontraba totalmente teñida de azul y por esa alfombra desfilaron más de un millón de madrileños y esa cifra la digo yo, sin seguir el consejo de los 40.000 que dio el Ayuntamiento o los 200.000 que dieron otras fuentes. Solo hay que ver las fotos que os traigo, multiplicar 1.400 metros que tiene por el ancho y a eso sumarle los que se encontraban en Plaza de España y en las cientos de calles aledañas, y por si fuera poco, no olvidar que la gente caminaba para arriba y para abajo, es decir, que la gente se iba renovando, con lo cual, la cifra total que podemos obtener es desorbitada y para nada parecida a las fuentes oficiales. Con razón estamos metidos en la crisis que estamos, si los gobernantes hacen las cuentas así...
Desde luego que ayer tuvimos imágenes inolvidables, imágenes para la historia de esta calle y para el recuerdo de todos los madrileños. Era increíble observar desde Plaza de España la Gran Vía, desde las alturas y desde cualquier posición. Me costó sudor y lágrimas atravesar la Red de San Luis, donde era casi imposible ir de un lado para otro. Pero solo por ver lo que estaban viendo mis ojos, mereció la pena.
En la Plaza de Callao se encontraba la tarta de cumpleaños de nuestra calle, 100 años. Todos los asistentes pudieron entonar el cumpleaños feliz en multitud de ocasiones y desde este escenario se pudo ver la coreografía de una canción de moda que, vista desde las alturas como yo lo pude ver, os aseguro que Madrid es un auténtico desastre en esto de bailar al unísono si no se trata de chotís y pasodoble en las Vistillas.
Como una imagen vale más que mil palabras, veamos distintos tramos de la Gran Vía y contemos a la gente virtualmente, solo así podremos hacernos una idea del número de personas que ayer pasearon por esa alfombra azul. Por cierto... un diez para Movistar por esa moqueta a la que no vi ni una sola quemadura, ni roto e incluso a últimas horas del día, quitando las cáscaras de pipas o papeles, no se le notaba el polvo ni la suciedad, fue increíble, pude tirarme en el suelo a descansar sin mancharme el vaquero siquiera. Nunca había estado tirado en la Gran Vía con las vistas de la Torre de Madrid al fondo sin que me atropellara un coche.
Escenario en Plaza de España donde pude ver y oír a los cantantes de Tam Tam Go, La Unión, Nacha Pop, Mercedes Ferrer y Golpes Bajos
Desde ese lugar del escenario, las vistas hasta Callao eran inolvidables e irrepetibles.
Una vez entrada la medianoche y acabados los conciertos, la Gran Vía se convirtió en la verdadera Pradera de San Isidro del siglo XXI.
Si Goya hubiera estado vivo, desde luego que algún cuadro de esta nueva Pradera habría pintado
Para terminar la noche, un castillo de fuegos artificiales muy pobre, ya que los colores y grandes florituras brillaron por su ausencia, aunque por la crisis es perdonable, llenaron el cielo de la Gran Vía, eran las 12'30 de la noche, atrás quedaron aquellas fiestas de San Isidro en las que a las cinco de la mañana seguíamos bailando, pero eso fueron otros tiempos cuando "La Movida" reinaba en la capital y la noche era el centro de reunión de la gente.
4 comentarios:
Muy chulo el reportaje fotográfico, Bélok. La verdad es que es una gozada ver la Gran Vía tomada por los peatones!
Saludos,
alucinantes fotos Belok.
Qué pasada...me lo perdí.Alucinante la foto de los fuegos.Muy bonito Bélok...besos
Fue un dia inolvidable,como siempre ¡¡¡madrid siempre está igual de animado!!!es maravilloso lo dice una madrileña que vive en Alicante
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