Vista de la iglesia desde la Plaza del Dos de Mayo
Doña Juana de Barahona fundó el Monasterio de San Antón en 1612 en la calle Hortaleza para religiosas carmelitas recoletas, pero cuatro años más tarde se trasladaron a unas casas en la calle de la Palma que fue convertido en beatario en 1624, hasta que en 1646 Felipe IV lo refundó en Monasterio, pasando a ser patronato de la corona como tantos otros. Estas monjas un día paseando por el jardín del convento, se encontraron con una pequeña figura del Niño Jesús que se encontraba entre un matojo de flores que allí nacían, llamadas maravillas. Las monjas pusieron la pequeña imagen en uno de los altares para venerarlo, pero más tarde colocaron al niño junto a un ramo de maravillas entre las manos de la Virgen. Una imagen de la Virgen que fue traída en el siglo XVI por un arriero desde Rodeviejas, un pueblo de Salamanca y que llegó a estar en posesión de doña Ana del Carpio, que decidió donarla a un convento y echando a suertes, recayó en el Monasterio de San Anton. Desde entonces se conocía al convento como Convento de Nuestra Señora de las Maravillas. En 1968 las monjas fueron expulsadas y tuvieron que alojarse en el convento de San Juan de Alarcon, luego pasaron a las Comendadoras, hasta que en 1904 se construyó el convento de las Maravillas en la calle de Príncipe de Vergara, donde siguen hasta el día de hoy.
Vista de la iglesia desde la calle Palma
Mientras, en nuestra iglesia, que siguió abierta al culto, vio como se abría en el solar del convento, la Plaza del Dos de Mayo (de la que hablaremos largo y tendido en su artículo correspondiente). En 1891 se trasladó la antigua parroquia de los Santos Justo y Pastor al edificio del antiguo convento de las Maravillas, pasándose a llamar desde entonces, Parroquia de Santos Justo y Pastor, hasta el año 1969 que volvió a llamarse Parroquia de Nuestra Señora de las Maravillas y de los Santos Justo y Pastor.
Fachada en la calle de la Palma
Interior de la iglesia
La Virgen de las Maravillas siempre fue muy venerada, equiparándose a las de Atocha, Almudena y la Paloma, y en 1808 eran los defensores del parque de Monteleón los que se acogieron a ella, mientras que la iglesia se convertía en Hospital.
La imagen de la Virgen después de más de dos siglos en este lugar, fue trasladada al convento de carmelitas de Príncipe de Vergara, hasta que en la guerra del 36 fue destruida y quemada como tantas veces que nos estamos acostumbrando a contar, cuando hablamos de iglesias y la guerra. La imagen actual es una réplica exacta de la primitiva de Coullaut Valera, de la que solo se salvó el Niño Jesús, y la imagen que está en la iglesia que nos ocupa, no tengo claro su procedencia. Pero investigaré.
La iglesia fue un proyecto de Alonso de Carbonell y acabó dirigiendo las obras Cristobal de Aguilera. En el altar mayor hay un retablo neoclásico, obra de Miguel Fernández, con dos gigantescas columnas corintias, que sujetan un frontón quebrado.
Retablo neoclásico, obra de Miguel Fernández.
Entre las columnas un arco de medio punto cobija a la imagen de la Virgen que está subida sobre un gran basamento, mientras que a los lados de ambas columnas, se encuentran dos enormes esculturas que representan a Santa Teresa y a San Elías, una a cada lado del retablo, obra de Francisco Gutiérrez. Delante de la base de las pilastras, dos esculturas de los niños Santos Justo y Pastor y en medio un tabernáculo con cúpula sujeta por columnitas retorcidas y construido de mármol.
Las esculturas a los lados del retablo son Santa Teresa y San Elías, obra de Francisco Gutiérrez
La cúpula sobre pechinas, tiene forma de media naranja y no tiene tambor, está dividida en ocho segmentos delimitados por molduras en relieve y linterna.
La iglesia cuenta con un gran crucifijo gótico del siglo XV y otro barroco, que hubo que restaurar después de que en la guerra le fusilaran, atribuido a Alonso Villabrille. Dos lienzos de Zurbarán: "San Francisco" y "San Diego de Alcalá", un Niño de Calaveras de Pereda, procedente de San Miguel de los Octoes, el Martirio de San Sebastian de Carreño de Miranda y copias de Tiziano y Van Dyck.
Pintura del Cristo de la Luz, obra del siglo XVIII que copia el original de Guido Reni que se encuentra en la iglesia San Lorenzo in Lucina de Roma.
Esta iglesia significa mucho para mí...
Se casaron mis padres, mi hermana y yo hicimos la comunión e incluso tanto mi hermana como yo, nos casamos aquí también. También momentos duros como funerales de seres queridos. Sin duda, ha estado ligada a muchos de los los acontecimientos de mi vida familiar. Es por tanto que esta iglesia para mí, tenga un algo especial de todas las de Madrid.